¿Por qué si los precios subieron con el paralelo, no han bajado con él?
El pasado viernes 4 de agosto el precio del llamado dólar paralelo se subió a un cohete y despegó con destino a los 18.982 bolívares. En aquel viaje estelar los costos de bienes y servicios se anotaron como pasajeros, con un boleto que hasta la fecha parece solo de ida.
Una semana más tarde el astronauta “innombrable” vuelve a la Tierra en 10.987 bolívares, mientras los venezolanos mantienen la vista clavada en la estratósfera, en busca de los productos que siguen en órbita.
Neuro Villalobos, economista y miembro de la Academia de Ciencias Económicas del estado Zulia, explica que los precios de las divisas, así como de bienes de consumo, no responden a las leyes de la física sino las del mercado; de ahí el asombro de los consumidores al ver que no todo lo que sube vuelve a bajar, al menos no en los términos descritos por Isaac Newton en su Ley de Gravitación Universal.
Un miedo aerostático
“Este comportamiento de resistencia a la baja en los precios de productos y servicios obedece a la persistencia de la incertidumbre por parte de los empresarios. En economía a esto se le conoce como la histéresis de los costos, y está determinado por una gran velocidad en la subida de precios que luego se queda producto de la incertidumbre” señala el también ex rector de la Universidad del Zulia.
En el caso específico de Venezuela, la volatilidad del mercado paralelo de divisas tiene el agravante de estar contaminado por la incidencia de factores especulativos, introducidos a través del indicador referencial de la página DolarToday.com en lugar de estar regidos por criterios formales y técnicos a cargo del Banco Central de Venezuela.
Esta incertidumbre en el comportamiento del indicador no oficial, hace que los empresarios no se atreven a bajar de nuevo los precios, temiendo una nueva escalada del dólar que dispare sus costos de reposición y les genere más pérdidas en una economía ya deprimida.
“Esto es un problema psicológico más que económico” destaca Villalobos, quien reconoce en la escasez de productos otro elemento desquiciante del consumo ya que “hay la previsión por parte del mercado de que el Gobierno no tiene suficientes dólares para importar alimentos y en consecuencia se aprovecha la escasez para alimentar el factor especulativo”.
El mercado al rescate
A juicio del especialista, si el dólar llegara a estabilizarse durante las próximas semanas, comenzaría a pasar con los productos lo mismo que ocurrió con la divisa, es decir que las mercancías llegan a un precio que el consumidor simplemente ya no puede pagar y eso obligaría a un descenso según las leyes de la oferta y la demanda.
Por su parte Franco Cafoncelli, presidente de Fedecámaras Zulia, coincide con el análisis de Villalobos, al destacar que es la acción del mercado la que finalmente devuelve los niveles de cordura a las cotizaciones.
“La importación de productos es una locura. Si vemos lo que pasó en los últimos 15 días que el dólar subió y bajó, se duplicaron y bajaron los precios. La creencia inmediata en la opinión pública es que los comerciantes no van a bajar los precios, pero claro que lo tienen que hacer porque de lo contrario no va a vender nada” asegura el dirigente de la federación empresarial.
Cafoncelli concluye que “al final la competencia se sigue rigiendo por la oferta y la demanda. Si alguien va y compra al nuevo precio de la divisa no oficial, su mercancía es más barata que quien la compró con dólar a 20 mil, aunque sinceramente dudo que alguien haya llegado a pagar ese precio”.
Redacción: Luis Ricardo Pérez P.
Foto: Cortesía NASA (con edición digital por Luis Pérez)