Política 

Eveling y Juan Pablo con luces y sombras: Analistas deshuesan fortalezas y debilidades

La cuenta regresiva para las primarias opositoras pierde dígitos y los equipos políticos de Eveling Trejo de Rosales y Juan Pablo Guanipa, con Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia, como bastiones, afinan sus estrategias por la candidatura unitaria opositora para enfrentar al gobernador Francisco Arias Cárdenas en las regionales, aún sin fecha establecida por el Consejo Nacional Electoral.

Como antecedente de la interna de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) por el Palacio de los Cóndores están las primarias del primero de noviembre de 2010. Trejo de Rosales tuvo 124.052 votos por los 52.007 de Guanipa. Entonces la abanderada por UNT logró el boleto para medirse, por la Alcaldía de Maracaibo, con el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela, Gian Carlo Di Martino. Y también le ganó.

Juan Pablo Guanipa, sin embargo, representa a un sector de la sociedad zuliana que aspira a un cambio de timón en la Gobernación, más allá de Francisco Arias Cárdenas, Manuel Rosales y sus pupilos en UNT, encarnados en su momento por Pablo Pérez Álvarez y ahora por Trejo de Rosales. El caudillismo político tiene en intelectuales, académicos, empresarios y defensores de los valores ciudadanos y de la inclusión política, un enemigo que apuesta por un proyecto de gobierno amplio, liderado por Guanipa.

Alfonso Hernández, politólogo y abogado, y Ana María Osorio, especialista en marketing político, detallan, sin cortapisas, algunas fortalezas y debilidades de ambas fichas de cara a las primarias.

Trejo de Rosales, lo bueno

Hernández, de entrada, ve como aval importante para la candidatura de Eveling Trejo de Rosales, que UNT es el partido que cuenta con mayor estructura en Maracaibo. Ese músculo, considerado por analistas como maquinaria, es una fortaleza importante sobre el tablero.

A eso le agrega un factor determinante: su esposo: Manuel Rosales Guerrero, quien a su juicio cuenta con trayectoria y experiencia como alcalde y gobernador en tiempos recientes. “Hablamos de un gobernante populista, que ayudó a mucha gente con programas sociales como las becas. Muchas personas tienen un sentimiento de deuda que en eventos electorales suele hacerse presente”.

El profesor de LUZ aporta un elemento diferencial, positivo para la actual Alcaldesa: es mujer y con esto puede llegar con mayor facilidad a los sectores más humildes de la población. Su imagen tiene ese paraguas de hierro en el cara a cara con la gente.

“Genera cercanía. La gente la ve como más humana”, agrega Ana María Osorio, al referirse a los factores que potencian a la Alcaldesa como candidata para las primarias. Coincide con Hernández, en que Manuel Rosales apalanca a su esposa y le da fuerza electoralmente fuera de los municipios Maracaibo y San Francisco, al recordar que el exgobernador es considerado un líder con arrastre en todos los municipios.

Eveling  también sabría manejar sus emociones. “Puede ser fría e inteligente”, refiere la analista, quien asegura que Trejo de Rosales es capaz de abordar con entereza y calma ataques verbales durante sus recorridos de calle. “En su estrategia destaco, sobre todo en las últimas semanas, la humildad para pedir el voto, reconociendo algunas fallas de gestión que ha podido tener”.

 Trejo de Rosales, lo malo

“Su gestión inmediata al frente de la Alcaldía está muy mal evaluada”, dice de entrada Osorio sobre la precandidata de UNT para la Gobernación. Alfonso Hernández piensa lo mismo. Añade que las fallas en la gestión pública resultan negativas para esta campaña. “El tema de la recolección de desechos sólidos la deja muy mal parada”.

Osorio añade limitaciones discursivas frente a la gente, pese a reconocer que ha mejorado en la materia. Suma un factor notorio a lo interno de la tolda neotempista. “Hay una distancia evidente entre ella y el partido”.

“No tiene equipo de gobierno cónsono y eficiente”, suma Hernández, a lo que Osorio incorpora: “Se proyecta como una figura solitaria”.

Pero no todo lo relacionado con Manuel Rosales lo encumbra. El profesor de LUZ indica que una sombra de duda arropa al líder del partido regional. “Se le relaciona con supuestos acuerdos entre UNT y el Gobierno. Esto genera desconfianza”.

Juan Pablo, lo bueno

El diputado por Primero Justicia tiene un excelente perfil para optar a un alto cargo de gestión pública, según Alfonso Hernández y Ana María Osorio. “Guanipa tiene 23 años de trayectoria, con una preparación en Gerencia Pública. Incluso, egresó de la primera promoción en la Maestría de la Universidad del Zulia”, aporta la especialista en campañas electorales.

Al hecho de ser un profesional con capacitación y formación, Hernández añade el hecho de sus años “pateando” calle. “Él no ha gobernado y se formó para gobernar. Conoce el estado”. El abogado destaca que el dirigente justiciero se labró a pulso el liderazgo. “Está bien posicionado en las encuestas. Puede verse como un líder”, dice.

Osorio asegura que Guanipa es una figura que hace empatía con los jóvenes y que este elemento, si se le saca provecho, le puede generar dividendos positivos.

A diferencia de lo que muchos puedan pensar, Hernández estima que la proyección como primer partido opositor nacional significa un importante respaldo para su campaña. “Primero Justicia ha tenido candidatos presidenciales”, recuerda sobre el papel que puedan tener figuras como Henrique Capriles Radonski y el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, además del pulmón financiero y logístico que esto representa.

La amplitud y la apertura que ha tenido absorben respaldos. En su propuesta, Guanipa representa a las organizaciones y los liderazgos de quienes se sienten excluidos por el yugo impositor de los Rosales. “Ofrece propuestas concretas para el Zulia. Habla de plan de gobierno y lo detalla. Esto genera una expectativa positiva”.

Otro elemento que le aporta a su tarjeta de presentación es el hecho de no generar rechazo por haber mal gobernado, pues no ejerció cargos públicos más allá de una concejalía o la diputación en el Parlamento.

Juan Pablo, lo malo

Al recoger las impresiones de los analistas sobre los elementos negativos de Juan Pablo Guanipa ambos coinciden que lo dejó muy mal parado su liderazgo frente a las recientes marchas contra el Gobierno nacional y los famosos trancazos, pues derivaron en muertes de venezolanos y al final resultaron un fiasco en cuanto a las expectativas generadas en la masa opositora. “Apostó duro a su éxito y fue la cara de la derrota”, opina Alfonso Hernández.

“Hay soberbia en su discurso. Suele desacreditar al otro”, agrega Osorio, sobre el dirigente justiciero, quien a su manera de ver el escenario no maneja la inteligencia emocional. Le añade, además, problemas para proyectar de manera efectiva su imagen. “No hace demostraciones de fuerza política, eventos masivos. Carece de una estructura en lo que llamamos ingeniería electoral”, afirma.

Hernández y Osorio también creen que no tiene tino con sus promesas electorales, encarnadas en un pasado reciente en la Ley Cero Cola o la Ley Antihambre. “Se sabía que no se iban a cumplir. Hay mucha demagogia”, detalla el politólogo. Ana María Osorio remata: “Sus promesas no son tangibles. Eso hace mucho daño en la política”.

Otro elemento que no le aporta a Juan Pablo es la falta de musculatura de su partido político y de las organizaciones aliadas para movilizar a la gente para ir a votar el 10 de septiembre. Eso, y su imagen de “candidato eterno”, son condiciones adversas de cara al nuevo desafío que afronta.

 

Redacción. Raúl Semprún

Fotografía: Cortesía Alejandro Paredes Pérez

 

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