El negocio de la muerte espanta a deudos y empresarios funerarios
A las 10: 00 de la mañana José Manuel se sube al bus de San Martín, que cubre la ruta Curva de Molina – El Milagro. Es la quinta unidad que aborda en el día. Saluda en un tono de voz alto para captar la atención de los pasajeros, pero todos lo ignoran. Dos jóvenes están parados detrás de él. José Manuel toma aire y se expresa más fuerte: “Disculpen que los moleste en esta mañana. No se hagan mente con nosotros, no estamos pendientes de sus cosas pa’ robarlos. Queremos pedirles una colaboración, a mi hermano lo mataron hace cuatro días”, muestra la fotografía a blanco y negro de un joven. Se parece un poco a él, pero aparenta menos edad. “Mi mamasita y yo no tenemos plata pa’ enterrarlo. Es una mano amiga lo que pido. Hoy somos nosotros, pero mañana pueden ser ustedes. Mis compañeros van a pasar por su puesto. Con lo que puedan colaborar…”. Los muchachos se pasean entre la gente colectando algunos billetes, agradecen y se bajan.
Esta no es una realidad particular de José Manuel o de quienes forman parte de los estratos más bajos. Muchos la padecen. La cantidad necesaria para el ritual del duelo siempre suele ser exorbitante. Sobre los hombros de los dolientes reposa el ataúd cargado, no solo del familiar caído, sino de los dígitos que suponen su muerte. Darle a un ser querido cristiana sepultura supera los 2.000.000 de bolívares, una cuesta difícil por la dimensión de la inversión.
El total a pagar por un paquete funerario siempre depende del cofre, su costo supone casi la mitad del servicio, asegura Daniela Araujo, administradora de la funeraria Aves de Paraíso. En esta compañía el plan de velación básico de emergencia para una sola persona suma 2.540.000 bolívares, lo que equivale a 26 veces el sueldo mínimo actual. Los seres queridos ya deben contar con una bóveda o parcela en algún cementerio local para optar por está opción.
La Funeraria del Zulia, con 80 años en el negocio de la muerte, posee una oferta un poco más accesible, sin embargo, también esta lejos de ser una posibilidad para el poder adquisitivo del zuliano promedio. Un total de 1.661.045,57 bolívares, deben pagar para optar por el plan base, que incluye el oficio religioso, diligencias de ley, invitación por la prensa, traslado, féretro, preparación, servicio de cafetería, refrigerio y arreglos florales.
Reinventarse es la opción inmediata para los que están en el mercado. La muerte es un destino inevitable, y un plan de prevención para la batalla final de algún familiar no es un privilegio, es una necesidad, refiere Luis Beltrán, oficinista de la Funeraria del Zulia. Agrega que entre las nuevas opciones para minimizar el impacto está reducir ítems de los paquetes. La estética no es indispensable, y con la eliminación de algunos servicios protocolares del plan los dolientes logran restarle entre 300 y 500 mil bolívares a sus facturas.
“El sábado pasado presupuesté a un joven que estaba en Medicatura Forense. Solo por el ataúd, manipulación del cuerpo, diligencias de ley, gastos administrativos y traslado, debían pagar 1.109.221,57 bolívares”, puntualiza Beltrán.
La empresa del ave roja también se apega a este protocolo de reducción. El acto velatorio es menos protocolar y ostentoso, pero al menos el familiar puede llevar el cadáver a su destino. El negocio logra respirar, sin embargo, subsistir empresarialmente sigue siendo un reto. El gremio de las funerarias presenta una reducción significativa de las ventas. Con dificultad una persona pueda ofrecer solvencia en los pagos. “Es más factible mantener servicios corporativos que los personales porque ofrecen más garantías de pago, explica el asistente de la Funeraria del Zulia.
Golpe al bolsillo
Exequibles Virgen del Carmen no trabaja con pólizas. Los servicios de emergencia en puerta son su especialidad. El rango de precios por el paquete básico para una persona, que tampoco contempla la parcela o bóveda en el camposanto, varía entre los 700.000 a 2.000.000 millones de bolívares.
Ángel Acosta, encargado de esa funeraria, coincide con la administradora de Aves de Paraíso al referir que el precio del féretro determina el monto total del resto de la operación. Acosta explica que el ataúd puede ser de metal y de madera sencilla o refinada. Las marcas con las que trabajan son Latuche, C4, Yersey o Catedral, estas últimas tres son las más comerciales por su precio y calidad.
El costo del cofre es hipersensible a la inflación del país. Pica y se expande, crece como espuma y es imparable. El ataúd oscila entre los 700.000 y 1.200.000 bolívares. En consecuencias los cambios son constantes e impredecibles.
Funerarias del Zulia ha aumentado unas 30 veces en lo que va de año. Virgen del Carmen ha variado sus precios más de 10 veces en los últimos dos meses. La golpiza constante para el bolsillo espanta a los clientes, los fustiga. Muchos desertan de la póliza, y los servicios en puerta se han reducido a más de la mitad. “En comparación con el año pasado las ventas cayeron en un 80 por ciento. Desde mayo para acá la situación es critica”, reseña Acosta, en nombre de la compañía Virgen del Carmen.
La asfixia no es exclusiva. Aves de Paraíso trabaja con la mitad de la maquinaria. “El año pasado para esta fecha nosotros vendíamos entre 100 y 120 servicios al mes, mientras que hoy en día apenas llegamos a las 45 o 50 ventas”, justifica Daniela Araujo.
Póliza salvavidas
Costear un servicio funerario de emergencia significa pagar de contado. Dos millones de bolívares no es una suma accesible, está muy por encima de salario base. Pero un plan de respuesta para la inevitable partida de un ser querido no es un lujo. Las pólizas funerarias son la opción más inmediata. Representan para el zuliano un salvavidas ante esta situación.
“Lo ideal es que la gente conserve sus seguros funerarios. Muchas veces las personas llegan aquí y con solo preguntar se espantan. Cuando se trata de muertes violentas, como el cadáver debe pasar por la morgue de La Universidad del Zulia (LUZ), sucumben ante las marañas de los llamados ‛Zamuros’, que son como funerarios que regatean con los familiares en las puertas de la medicatura forense. Pero este no es un negocio seguro”, explica Daniela Araujo.
La Funeraria del Zulia desde hace 8 años se vio en la obligación de asumir un sistema de pólizas, que permite a su clientela pagar de por vida una mensualidad que suponga soluciones para cuando le llegue la hora a cualquier integrante del núcleo familiar (mamá, papá, hijos y abuelos). Esto equivale a 30.000 bolívares al mes, que al año suman 360.000 bolívares. Las cuotas solo aumentan una vez al año, durante en el segundo trimestre.
Aves de Paraíso también ofrece este servicio, de 1 a 10 personas pueden integrar la póliza. El paquete más vendido es para siete personas. Suma un total de 31. 850 bolívares, lo que incluye una bóveda en el cementerio El Edén. Antes también tenían convenios con el camposanto San Sebastián, pero debido a los aumentos en el contrato prescindieron de sus servicios.
La última opción es la cremación. En la ciudad este proceso solo hay dos camposantos que cuentan con los hornos crematorios. En el cementerio El Edén reducir a un ser querido a cenizas cuesta 545.000 bolívares, lo que incluye el servicio, el cenicero y el certificado de defunción. En Jardines de la Chinita el servicio cuesta 776.051,10 bolívares. Lo que supone 66 porciento menos de inversión en comparación con el servicio de sepultura.
Redacción: Raúl Semprún
Fotografía: Cortesía Globovisión