@orientarte_ve, la puerta global al diván virtual de Eliana Brito
Como orientadora profesional, Eliana Brito reconoce un buen consejo cuando lo escucha. Por ello hace ocho meses, mientras analizaba opciones para replantear su escenario laboral, las palabras “piensa fuera de la caja” le abrieron las puertas a “un mundo” de posibilidades.
Hoy su tarjeta de presentación es @orientarte_ve en Instagram y su consultorio es una portátil con un “diván virtual”, donde sienta vía Skype a personas que buscan guía ante disyuntivas que van de lo sentimental a lo profesional.
“Ahora cuento con casi 6 mil 500 seguidores y atiendo consultas remotas con personas dentro y fuera del país, pero cuando abrí la cuenta en enero de este año, solo tenía cinco followers y posteaba información sobre emprendimiento porque era lo que yo estaba haciendo”, relata la educadora egresada de LUZ, al precisar que rápidamente la interacción con la gente fue llevándola a temas de relaciones interpersonales y amor, que están enmarcados en el área de desarrollo personal-social, que también se aborda desde su perfil profesional.
De general a particular
Brito explica que las redes sociales no solo permiten un contacto directo e instantáneo con un público heterogéneo, sino que también funcionan como un directorio profesional para quienes buscan algo más puntual.
“Las redes me permiten una reacción inmediata de tú a tú – acota Eliana -. Si la gente quiere saber de un tema, lo pide. Si no les gusta algo, lo dicen, y con muy poco tacto, pero es una forma de exponer lo que uno hace. Luego quienes se sienten identificados con el enfoque, me contactan vía e-mail para pautar sesiones personales por Skype”.
Esta doctora en Ciencias de la Educación, resume que gracias a este intercambio “que va de lo general a lo particular”, cuenta con una frecuencia diaria de correos electrónicos que se traducen en al menos una sesión remota a la semana por cliente, pero destaca que la cantidad de consultas puede escalar repentinamente ante la presencia de factores sociales que catalizan la incertidumbre, tal como ocurrió entre abril y julio de este año con las protestas que azotaron al país.
El justo valor
Como educadora, Brito defiende el llamado de su profesión a trabajar desprendidamente en pro del individuo, pero también reconoce la necesidad de lograr un sustento digno en un país donde “no es posible vivir de puro amor al arte”.
Por ello esta profesional que llegó a trabajar dos años sin cobrar en una institución pública, procura manejar costos que sean accesibles para la mayoría.
“La situación nacional ha hecho que la gente priorice los gastos de supervivencia y relegue la atención emocional, bajo la falsa premisa de que ‘nadie se muere de eso’, pero lo que no toman en cuenta es que a la larga, ese estrés se somatiza y le pasa factura al cuerpo”, destaca la consejera.
Parecidos pero distintos
Aunque su carrera es afín al área de la psicología, Brito aclara que su labor complementa, mas no sustituye, la de dicho especialista, por cuanto va dirigida a potenciar el desarrollo de las personales y no al tratamiento de trastornos.
“Yo tengo entre mis clientes personas que van al psicólogo o al psiquiatra y que reciben medicación, y lo que hago es trabajar procurando siempre estar en sintonía con la labor del terapeuta” recalca Eliana.
Otro rol que ha ganado muchos adeptos recientemente y que guarda estrecho parecido con el orientador es el llamado “life-coach” o guía de vida, pero Brito explica que muchas personas incursionan en dicha área sin tener un soporte estructural en su formación que nutra el trabajo de coaching, o incluso le ayuden a reconocer cuando están ante algún trastorno que requiere atención especializada.
“En esto hay que tener mucho cuidado – advierte la orientadora – ya que se trata de la salud mental de una persona. Yo lo comparo con tratar de operar a alguien sin ponerse guantes. Aunque no tengo nada en contra de quienes se desempeñan en este ámbito, siempre recomiendo a la gente buscar el aval de personas que tengan las debidas credenciales académicas para recibir la mejor atención posible”.
Por ultimo Brito concluye que su trabajo le permite formar parte de un “círculo virtuoso” en el cual va creciendo a la par de sus clientes. “Las moralejas que se derivan de ese intercambio personal o colectivo, a su vez nutren los contenidos que llevo a las redes sociales, atrayendo la atención de un público cada vez mayor”.
Redacción y fotografía: Luis Ricardo Pérez P.