Hotel del Lago Tibisay: ¿Cuánto han avanzado en su recuperación?
Ya han pasado siete meses desde que la cadena Tibisay firmó el convenio con el Estado venezolano asumiendo las riendas y restauración del Hotel del Lago de Maracaibo con una inversión estimada en 20 millones de dólares. En víspera de la Semana Santa, TuReporte quiso darle un vistazo de incognito, para constatar cómo van los trabajos de refaccionamiento de esta icónica infraestructura que llegó a ser el alojamiento más prestigioso de la ciudad.
Para ser justos, lo primero a destacar es que se trata de una obra en progreso que intenta revertir a contrarreloj el embate de 11 años de deterioro acumulado bajo la administración de la corporación turística estatal Venetur, que desplazó en el año 2006 a la cadena Intercontinental que venía manejando el hotel desde que fue fundado en 1953.
La buena noticia es que el icónico espacio cuenta con excelente ADN que ha permitido en un plazo relativamente corto, ir mostrando mejoras sustanciales en las áreas que ya están disponibles para el público en general.
La calidad de las obras y los materiales usados en la construcción original de los años 50’s, así como las sucesivas ampliaciones y mejoras acometidas en los años 70’s, 80’s y 90’s, no solo estaban pensadas para una alta durabilidad, sino que cuentan con un diseño clásico que al combinarse con elementos más contemporáneos (mobiliario y color) cobran un aire casi hypster que recuerda a los hoteles de playa en el distrito Art Deco de Miami, pero al mismo tiempo le restan parte del aura solemne que lo caracterizaba.
Amplios espacios, pisos de mármol, techos con molduras de yeso recién pintadas, nuevos apliques de iluminación, paneles de madera laqueada y sus ventanales de aluminio con marcos de color bronce reciben a los huéspedes y visitantes en un lobby que evoca recuerdos de celebraciones y eventos de gran renombre.
Los pasillos que conducen al Mara Bar, el restaurante el Patio y las escaleras que bajan hacia el Salón Bolívar solo parecen alterados por la estridencia del turquesa que cubre la pared de los ascensores, dándole a la estancia un carácter más cónsono con los huéspedes que se pasean por la estancia en atuendos playeros.
Al llegar al mostrador de la recepción, una joven alta y de espléndida sonrisa da los buenos días mientras se dispone a recitar las tarifas vigentes para la temporada, pero un apagón transforma su radiante disposición en un gesto de angustia, seguido por una disculpa y una explicación alegando que “la planta eléctrica hoy está recibiendo servicio por lo que no se activó, pero el percance será resuelto en breve”.
Tras recuperar la compostura, la amable joven explicó que de momento solo cuentan con habitaciones sencillas o dobles, ubicadas en el segundo y tercer piso, ya que el resto de las áreas están siendo renovadas.
“El costo por noche es de 5,2 millones de bolívares ($20,8) e incluye desayuno para los dos ocupantes de la habitación, acceso a la piscina, gimnasio y estacionamiento” indica la recepcionista mientras detalla que las tarifas están sujetas a cambios. Cabe destacar que el precio en moneda local es significativamente menor al que estipulan portales internacionales, donde el mismo cuarto se ofrece por montos que van de 129 a 172 dólares la noche.
Durante un breve recorrido por el área de la piscina, el edificio luce en buenas condiciones generales, aunque al observar más de cerca, los remates de los bordes de mampostería en los techos y rebordes de los quiebrasoles evidencian desconchamiento y algunas grietas típicas de edificaciones expuestas al salitre de las costas; sin embargo, en las ventanas de los cuartos ubicados en la torre se ven los trabajadores de las contratistas poniendo manos a la obra.
Un trabajador que aprovecha la hora de almuerzo para disfrutar de la brisa y la calma cerca de la pizzería saluda y procede a indicar que la Pizza Lago abre de 5.00 de la tarde a 8.00 de la noche. Al consultarle sobre el adelanto de los trabajos, mira hacia los pisos superiores como apuntando con la boca, mientras recalca, “no han parado en seis meses, están cambiando todo: colchones, alfombras, mobiliario y baños”.
La explicación del empleado coincide con el parte ofrecido en diciembre del año pasado por Roberto Chediak, representante de la cadena Tibisay, quien afirmó que un equipo de 120 personas ha venido trabajando día y noche, para tener listas antes del noviembre pasado 135 de las 352 que tiene el hotel, y por lo que se ve ahora se están ocupando de las que faltan.
Algunos de los avances más importantes que destacan en la obra son la reparación de las filtraciones, impermeabilización y cambio de alfombras lo cual apuntan desterrar el olor a humedad del que solía aquejar a los usuarios. También se instalaron cuatro chillers con más de mil toneladas, se recuperaron las bombas, calderas, y se instalaron tres plantas eléctricas, pero estas últimas han presentado ciertos problemas.
El esfuerzo de refaccionamiento parece estar surtiendo su efecto, ya que las reseñas de los huéspedes en el portales como Trip Advisor han venido mejorando gradualmente, pasando desde lapidarias criticas a juiciosas observaciones, y en tiempos más recientes los primeros elogios y buenos deseos en la gestión para recuperar el hotel más icónico de la ciudad.
Redacción: Luis Ricardo Pérez P.
Fotografías Luis R. Pérez y Cortesía