Michel Beauchamp: de «atrilero» a reconocido cocinero
Michel Beauchamp admite que en esta vida hizo “de todo”. Para poner mayor énfasis en esas dos palabras remata: “hasta de San Nicolás trabajé”, pero su verdadera pasión la encontró al calor de los fogones, como una manera de reconectarse con sus raíces más profundas.
Ahora, es un asesor en restauración y cocinero reconocido, pero antes trascendió muchas vivencias que le mostraron hacia dónde se orientaba su vocación, esa que lo cautivó desde la infancia.
Michel nació en Canadá, pero se crio Maracaibo. Lleva en su sangre una mezcla interesante de la estirpe curazoleña de su abuela paterna y las raíces francesas de su abuelo, que a su vez era nativo de Puerto Rico.
El escaso apego a la escolaridad y su ímpetu por salir adelante lo llevaron a trabajar desde niño. “Mi primer trabajo fue a los 14 años en una sala de ensayos que se llamaba Ecos. Allí practicaban los músicos profesionales que venían a presentar sus shows en Maracaibo, como Montaner, Karolina con K y hasta Maná”, explica.
Luego entró a la cocina de Fein Café, de manera eventual, mientras se abría paso en el mundo del espectáculo. “Trabajaba con un amigo. Yo le armaba la batería. Empecé solo en eso, porque siempre me gustó la música”.
De la tarima a la cocina
Paso a paso se “abrió cancha” en los escenarios. “Últimamente trabajaba con Voz Veis como director de tarima. Mi labor consistía en armar y afinar los instrumentos, montar luces y pantallas, estar pendiente de las secuencias del show, entre otras cosas”.
A la par, se involucraba con el resto de los artistas zulianos y venezolanos que tuvieron auge en esa época, como Mermelada Bunch y Tecupae. “Conocí mucha gente, artistas, músicos y productores. Viajé y esa fue una etapa de mi vida que me gustó mucho, porque aprendí a desenvolverme”.
Desde 1994 hasta 2014 tuvo una vida intensa. “Un día estábamos en una ciudad y al otro día amanecíamos en otra. Era una locura”, comenta y admite que llegó un momento en que dijo “hasta aquí, ya no puedo más”.
“Estaba en Acarigua con Voz Veis y vi a una persona que trabajaba con otro artista. Era un señor mayor que tenía mucha trayectoria en tarimas, pero me llamó la atención verlo allí, aún a esa edad esforzándose. Así que lo que podría haberme servido de inspiración, en verdad me mostró qué era lo que no quería para mí”.
Ese instante descubrió que ya no le satisfacía ese estilo de vida. “A los días le comenté a Luigi Castillo (de Voz Veis) que quería estudiar cocina. El me miró raro, pero a la vez me dijo algo que me reconfortó: ‘Michel Buchón que chévere, la gastronomía es algo bonito chamo, muchas cosas importantes se han marcado en mesas de comida”.
Cuando Santiago Castillo (de Voz Veis) se enteró le dio el empuje final: “Como renunciaste, con tu liquidación vamos a pagar la escuela, para que tengas meses adelantado”, comenta Michel que eso fue suficiente para saber que estaba en el camino correcto.
Los héroes anónimos
Michel Beauchamp reconoce que todos sus amigos lo apoyaron, aunque algunos lo miraban con escepticismo, porque veían en su determinación algunas segundas intenciones.
Con una sonrisa pícara admite que “yo tenía una novia en Caracas y quería estudiar algo que me permitiera trabajar allá, para pasar más tiempo con ella. Pero elegí la gastronomía, porque era algo que me cautivó desde niño”.
Recuerda que los momentos más entretenidos de su infancia los pasó en la casa de su abuela, metido en la cocina y observando de cerca a Gertrudis, la señora que cocinaba para la familia. “Jamás olvidaré su pollo al curri”.
Al tiempo, rememora a Julia de Briceño y su programa Nestlé Servicios al Consumidor. “Yo me deleitaba viéndola, su carisma me recordaba a mi abuela. Esa señora, con humildad y sencillez, me enseñó y yo era un chamo de siete años”.
Esas vivencias infantiles lo marcaron y al momento de elegir una formación académica no lo pensó dos veces. “En la vida uno tiene héroes anónimos y al recordar a Gertrudis y a Julia yo sentí que quería hacer algo útil”.
Michel Beauchamp, @elchefmichel
Ya con una ruta trazada, Michel inició su formación como cocinero. “Cuando pise la escuela de cocina quedé cautivado. Yo estudié en La Cacerola del Chef, una de las más antiguas de Caracas y estoy orgulloso de haberlo hecho”.
Michel agradece la paciencia que le brindaron. “Estaba en la época de transición de las tarimas a la cocina. Además, apenas me mudé a Caracas mi novia me cortó, pero eso no me desanimó. Pude sobrellevar ese impacto, porque estaba en el inicio de una nueva etapa de mi vida”.
Estudiando le tomé amor a la cocina. Se graduó, hizo pasantía y comenzó a trabajar en la capital. “Estuve en Oliva Bistró y en La Castañuela, donde iba dos o tres veces por semana a limpiar camarones y mejillones”.
En Maracaibo trabajó en los restaurantes Saga y Ciao, también atizó fogones en Miami y Aruba. “Al poco tiempo me abrí para hacer eventos privados hasta que un amigo me llamó para asesorarlo en su café. Yo no tenía mucha experiencia, pero apliqué la lógica y todo salió como esperaba.
Como asesor en restauración tiene 12 años y un aval de más de 60 restaurantes, donde puso su toque profesional. “Algunos dicen que soy difícil o que estoy loco, pero me gusta que las cosas salgan bien, con un nivel alto”.
Michel Beauchamp define que lo más preciado para él es su ética. “He cometido errores, porque trabajo con ensayo y error, pero así como hago cosas terribles, también he creado platos que la gente los prueba y dice ¡Guao!”.
Un nuevo reto para Michel
Así, mientras asesora negocios como San Gabriel, Franco y Crocanticas, se da tiempo para crear hamburguesas con pan dulce de piñita o postres delicados de chocolate y fresa que dejan una inquietud en el paladar, que sabe a nostalgia.
Recientemente, Michel inició la formación en Neurogastronomía Aplicada con Merlín Gessen, para ponerle más sazón y sensorialidad a sus creaciones. Para nutrir su manera de asesorar la movida gastronómica local.
Sin embargo, hoy día Michel Beauchamp atraviesa por otro reto en su vida: el cáncer. Un tumor alojado en su pierna derecha lo mantiene ocupado, aunque no lo aleja de su pasión por la gastronomía.
En estos momentos está en los trámites para operarse y requiere del apoyo de todos sus amigos, conocidos, clientes y aliados. Para contribuir solo hay que transferir a su cuenta: Michel André Beauchamp Baralt C.I. 14.138.204. [email protected] BOD, cuenta corriente Número: 0116-0172-30-0007484968. Celular: 0414 6352412.
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Redacción: Reyna Carreño Miranda
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