Omar Prieto «se salta» a FundaBaralt y asigna el teatro a la Alcaldía
Luego de muchas advertencias, al fin el gobernador del Zulia, Omar Prieto, anunció este miércoles 23 de mayo que “el Teatro Baralt pasará a disposición de la Alcaldía de Maracaibo”. Durante el acto de juramentación de los legisladores zulianos electos el 20M y ante la prensa regional, el mandatario le ratificó al alcalde Willy Casanova que “en las próximas horas tendrá el Teatro Baralt a su disposición para hacer cultura popular”.
Sin embargo, modificar el esquema directivo actual del teatro sería un acto ilegal, ya que, desde 1955, el centro cultural pertenece y es administrado por La Universidad del Zulia (LUZ), institución de educación superior pública que goza de autonomía universitaria: “independencia política y administrativa respecto de factores externos”. Un principio que le otorga a LUZ, como a otras casas de educación superior venezolanas, el derecho de ser “autónoma y auto-gobernada, y que debe elegir sus propias autoridades sin injerencia del poder político, decidiendo sus propios estatutos y programas de estudio”.
En su afán por promover “una cultura que resalte lo nuestro, una cultura popular que pueda tener espacios en los teatros”, Prieto estaría poniendo de lado al Consejo Directivo que integra la Fundación Teatro Baralt (FundaBaralt) y que está conformado por 12 autoridades: seis designadas por LUZ y seis que representan a la Gobernación del Zulia, la Alcaldía de Maracaibo, el Consejo Legislativo del Zulia (CLEZ), el Centro Rafael Urdaneta (CRU), el Ministerio para la Cultura y la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción del Zulia (Fedecámaras).
Así que, cualquier intento de modificar la estructura administrativa del Teatro Baralt tendrá que pasar primero por un proceso legal, ante un tribunal y con abogados de por medio. Al respecto, las autoridades universitarias están al tanto y prestas a poner en marcha los mecanismos de acción frente cualquier eventualidad.
Vale citar que, el pasado 16 de mayo, Prieto ordenó la destitución de Régulo Pachano de la presidencia del Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez (CAM-LB), decisión que no tuvo una justificación reconocida, más que querer “integrar a otros miembros que hacen cultura en esos espacios. Yo estoy convencido que en el Zulia hay personas capacitadas para dirigir la cultura”, resaltó el gobernador.
A la expectativa
Hasta hoy, jueves 24 de mayo, la directiva del Baralt no recibió información oficial respecto a los supuestos cambios que se harán en el teatro. Jeanette Rincón, presidenta del Teatro Baralt, admite que están “a la expectativa” y que desconocen el inicio de algún proceso legal que indique una supuesta modificación en el esquema directivo.
“Estamos abiertos a la participación y estas declaraciones resultan sorpresivas, ya que la actual Gobernación del Zulia no ha designado aún su representante en el Consejo Directivo”, explica.
La presidenta destacó los trabajos mancomunados que viene haciendo con el gobierno regional, al cual le han cedido los espacios del teatro en 13 oportunidades, para desarrollar actividades. Además aseguró que la Escuela de Teatro Inés Laredo “hace vida” dentro del Baralt, al igual que muchas actividades de la Secretaría de Cultura.
“Trabajamos mano a mano y con un carácter de reciprocidad. Esto quiere decir que siempre les solicitamos una retribución, ya sea monetaria o en especias, porque FundaBaralt no recibe aportes gubernamentales y subsiste de la autogestión, para cubrir los costos operativos. La edificación requiere mantenimiento y la reposición de equipos, como los que se han quemado por los constantes apagones”, comentó.
Rincón reafirmó que “no es el gobierno quien designa las autoridades dentro del Baralt, es el rector de LUZ. Yo asumí este cargo en 2016 y el año que viene cumpliría mi periodo de funciones. Estoy dispuesta a entregar la dirección del Baralt, si así las autoridades de la universidad me lo solicitan”, reconoció.
FundaBaralt está integrado por una diversidad de criterios y un pluralismo de opiniones que enriquecen y aportan en la toma de decisiones para preservar el patrimonio cultural del estado. “Estamos dispuestos al reconocimiento de los distintos, al diálogo y la participación, siempre y cuando se haga la ley respetando, la virtud y honor”, destacó.
Un teatro para el pueblo
Desde su inauguración el 24 de julio de 1883, el Teatro Baralt, originalmente concebido para la difusión de las artes escénicas regionales, marcó pauta en la vanguardia artística del Zulia. En la actualidad el Teatro Baralt forma parte del proyecto Eje Cultural del Zulia, desarrollado por la Universidad del Zulia (LUZ) con el fin de oxigenar la vida cultural de la región.
La primera solicitud de un Teatro para Maracaibo se realizó ante la Corte de España en 1811, por intermedio del diputado a Cortes José Domingo Rus. Esta gestión resultó infructuosa y no fue sino hasta 1840 cuando la ciudad obtuvo un espacio para la escenificación teatral, gracias a la iniciativa de Miguel Antonio Baralt, quien improvisa en el solar de su residencia un teatro con techo de enea.
La pasión generada por este teatro de enea impulsa la creación de la Sociedad Unión, que de inmediato aboga ante las autoridades por la construcción de un edificio propio para las representaciones teatrales de envergadura.
Así, el 28 de julio de 1877, el general Rafael Parra decreta la construcción del Teatro Baralt de Maracaibo y apenas tres meses después de presentado el proyecto, asentado en planos arquitectónicos por el ingeniero cubano Manuel de Obando y aprobado, en consulta pública, por los habitantes de la ciudad, se coloca la primera piedra en la misma esquina donde se cruzan la calle Venezuela y la Urdaneta, justo hacia el sector noroeste de la Plaza Bolívar.
Su inauguración fue el 24 de julio de 1883, en el marco de la celebración de los cien años del natalicio de Simón Bolívar,. Para entonces, Maracaibo era una ciudad de 35 mil habitantes y aquel teatro dio cabida a la dramatización y al canto en un espacio de 44 metros de largo, 21 metros de ancho y 10 de alto.
Más de 60 años de resguardo
En 1955, el Teatro Baralt pasa a ser administrado por LUZ. En 1973 una comisión evaluadora de la Dirección de Cultura de la universidad presenta un informe al Consejo Universitario, en donde se confirma el implacable deterioro del edificio. De inmediato, el Consejo autoriza al Departamento de Planificación Física de LUZ para presentar un anteproyecto de reforma.
Esta responsabilidad recae en el arquitecto César Berbesí, cuyo plan contempló el cierre del teatro para iniciar trabajos sustanciales, tales como la colocación de aire acondicionado, estudio acústico, eliminación de los palcos y ampliación de la platea para un aforo de mil personas.
El trabajo de la Universidad se concentró entonces en la investigación histórica e iconogáfica y en un levantamiento planimétrico del edificio con su respectivo análisis estructural. Al mismo tiempo, las gestiones políticas, pacientes pero insistentes, consiguen un objetivo fundamental: en noviembre de 1981 el Teatro Baralt es declarado Monumento Nacional, según Gaceta Oficial No. 32.347.
Para 1986, con el auspicio del Ministerio de Desarrollo Urbano (Mindur), se inician las labores de restauración, bajo la responsabilidad de un equipo pluriprofesional dirigido por el arquitecto Paolo D’Onghia.
Nueve años más tarde, en 1955, Mindur firma un convenio con el Centro Rafael Urdaneta (CRU) y transfiere a éste la coordinación de los trabajos y la administración de los recursos necesarios para el término de la restauración, que reinscribe en el Plan de Renovación Urbana que el CRU adelanta en el casco central de Maracaibo. La reapertura del Baralt se realizó el 18 de julio de 1998 y quedó bajo la tutela administrativa de la Fundación Teatro Baralt (FundaBaralt).
Redacción: Reyna Carreño Miranda
Fotografía: Archivo