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Falleció Hugo Figueroa Brett, un «genio» que hizo de su vida un arte

Su vida fue un poema que plasmó en cientos de lienzos. Hugo Figueroa Brett falleció este domingo 19 de agosto a los 78 años de edad, pero deja un legado artístico riquísimo, que servirá de inspiración a las nuevas generaciones de poetas y pintores venezolanos.

Figueroa no era marabino de nacimiento, sino por adopción. El artista nació el 28 de junio de 1940 en Carirubana, estado Falcón, del amor entre el pintor Natividad Figueroa y la activista política Carmen Brett, pero a los seis años de edad llegó a Maracaibo, donde pasó su infancia.

Vivió en el sector El Pozón, en la pequeña calle Madueño, y allí inició su historia poética a los 12 años, según contó una vez a un medio de comunicación: “Lo que me inclinó a escribir fue un regalo especial de mi papá. En aquella época se utilizaban bolígrafos muy toscos y como yo era muy buen estudiante mi papá me regaló un bolígrafo Parker, que era un maravilla para escribir”.

Lleno de júbilo por el obsequio y enamorado de una niña llamada Sonia, comenzó a escribir sonetos de amor. Más adelante estudió en el liceo Baralt, donde alimentó su sed por la escritura, hasta que, en 1956, a los 16 años, ingresa a la Academia Naval de Venezuela, en Caracas, y se aleja de su pasión por el arte y de Maracaibo.

Hugo Figueroa Brett

Hugo Figueroa: de la milicia a la bohemia

En la academia naval, Hugo Figueroa se convirtió en oficial de la Marina Aérea, hasta alcanzar el grado de teniente de fragata. Luego se retiró y regresó a Maracaibo para trabajar durante 33 años como asistente de capitán de puerto.

Ganó el premio nacional de cuentos convocado por la Universidad del Zulia con su cuento Metástasis en 1973. En 1975 edita su poemario 13 Genital. En 1976 gana el premio nacional de Poesía convocado por La Universidad del Zulia con el poemario Agosto tiene un título distinto para mí.

Edita su libro Casa de Astrid y casa en 1982. Es incluido en una selección de poetas venezolanos en la Revista Poesía del Ministerio de cultura de España (1986). Publica su poemario Scargot en el 2005. Reside en Maracaibo Venezuela.

Hugo Figueroa Brett

Manos de pintor, alma de poeta

Quienes lo conocieron, describían al artista como “un ser de carácter fuerte, difícil de tratar por su manera peculiar y distinta de ver la vida desde otras perspectivas a través del color, los trazos, las pinturas y el arte”.

Sin embargo, durante su última aparición en público, el día de la inauguración de su última exposición, el 7 de julio, en la galería de arte Paradiso. Se le vio vestido de blanco impecable y con las manos manchadas de pintura seca, sonriente, amable y jocoso sin dejar atrás alguna frase en particular directa y ruda.

Relató que a pesar de estar hospitalizado por una semana no dejó de trabajar para que la exposición pudiera realizarse. Trabajó junto a sus hijos en el montaje de los paneles de papel, diseño y composición de un catálogo de muestras y logró exponer 60 pinturas entre cuadros pequeños, medianos y grandes.

“Yo no soy un personaje, yo soy un genio (…) lo que soy hoy se lo debo a mi padre Natividad Figueroa”, afirmó en esa oportunidad con lágrimas en los ojos. “A mí no me detiene un quebranto yo tengo que trabajar creando, escribiendo y pintando”.

Estuvo una semana hospitalizado y durante esos días pintó 12 cuadros pequeños en la habitación de la clínica para amenizar esos momentos junto a la familia. Hugo Figueroa Brett se casó seis veces y tuvo 11 hijos, a lo cual hacía referencia diciendo: “Eso para mí es natural y una gran cosa, pero recibir a mis amigos y leer a los grandes creadores es una sorpresa que me inspira”.

Hugo Figueroa Brett

Un militar con espíritu rebelde

En una oportunidad, durante una entrevista le consultaron que si “ser militar y escritor no era una incongruencia”, a lo cual respondió con una sinceridad avasallante: “En Venezuela si lo es. El solo hecho de leer libros de poetas rusos, en aquella época (cuando estuvo en la academia), hacía pensar que me inclinaba al comunismo”.

Dentro de la Naval tuvo la oportunidad de dirigir la revista institucional Galeón, que dió cabida a artículos de los cadetes y tema del ámbito cultural y universitario. Sin embargo, Hugo Figueroa fue el primer oficial en pedir baja en la Marina Venezolana, en 1968.

Luego todo fue poesía y creación prolífica. La abundancia de su afecto tomó vida en sus varias relaciones de pareja, tema del que opinaba que “cuando uno ve que el matrimonio se va a tornar tedioso y se convertirá en un problema, lo mejor es dejar libre a la otra persona”.

Formó pareja con María Acosta, Magely Chicarelli, Mariela Rodríguez, Astrid Shäffer, Gisela Nones y Odalys Tang. “El común de la gente dirá que siempre fui un bohemio. Con todas mis compañeras he estado allí, colaborando en el más grande sentido de la palabra. Ellas sabrán como recordarme…”

 

Redacción: Reyna Carreño Miranda

Fotografía: Archivo

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