«En cuatro bloques”: Tribunales de Banco Mara y el centro ya no tienen ni gente
¿Es posible administrar justicia cuando no existen las condiciones ni el personal mínimo para desempeñar las tareas burocráticas indispensables en la sede regional del poder judicial? Ésta es precisamente la pregunta que diariamente se hacen centenares de abogados en la región, quienes -a riesgo propio- acuden a los llamados tribunales de Banco Mara y el centro, para intentar realizar gestiones asociadas al ejercicio del derecho.
Desde hace ya algún tiempo que la sede judicial de Valle Frío goza de una lúgubre reputación entre sus usuarios frecuentes, producto del deterioro de una infraestructura que en otros tiempos fue motivo de orgullo regional. La falta de aires acondicionados y papelería, solían ser las quejas más frecuentes de trabajadores y visitantes, pero a estas penurias se han sumado un rosario de calamidades que han convertido la administración de justicia en una verdadera carrera de obstáculos.
De mal en peor
“No hay personal. Todos se han ido del país o se han retirado para matar tigres. Tampoco hay agua, baños ni aires acondicionados” contó a TuReporte con indignación Ana Meleán, una profesional del derecho que semanalmente tiene que hacer grandes gastos y esfuerzos extraordinarios para completar trámites de rutina.
En líneas generales la situación es casi un espejo del descalabro estructural que afecta a los hospitales venezolanos, donde los usuarios deben llevar todos los insumos que necesitan para ser atendidos por el poco personal que aún queda.
“No hay material ni equipos para trabajar” confiesa un empleado que por razones de seguridad se identificó con el pseudónimo de Juan González, al destacar que los abogados deben proveer hasta el más mínimo insumo, incluyendo grapas, resaltadores, bolígrafos, tonner y papel para las fotocopiadoras, pagar por los servicios de impresión, viáticos, honorarios y hasta los taxis de funcionarios para concretar sus gestiones.
“Una vez tuvieron que comprar entre varios usuarios una caja de aceite de motor para el carro de un juez” confesó González al destacar que la crisis ha afectado a todos los niveles de la estructura judicial, desde el más alto al más bajo.
Para complicar todavía más las cosas, la inseguridad ha montado sede permanente en Banco Mara. El estacionamiento se ha convertido en tierra de nadie por la falta de vigilancia, hasta el punto que los juristas prefieren irse en taxi antes que exponer sus vehículos a que les roben la batería, los accesorios o les abran las puertas para robar lo que sea que puedan encontrar dentro de los carros. La rapiña es total.
Fuentes allegadas al gremio de abogados indican que el colapso y el hacinamiento de los tribunales de Banco Mara se han intensificado recientemente con el traslado de juzgados de menores y municipio que antes estaban en Bella Vista, para el sótano del edificio en Valle Frío. “Metieron 16 tribunales en un solo piso” señalaron.
Alerta en el gremio
Ante tan grave situación que también se presenta en los tribunales penales del casco central, Mario Torres, presidente del Colegio de Abogados del estado Zulia, indicó a este medio que ya han elevado quejas en reiteradas oportunidades (la última vez hace 15 días), ante la autoridad competente, pero hasta el momento no se han producido las soluciones necesarias.
“Nosotros como colegio hemos sostenido reuniones con la jueza rectora, Vanderleya Andrade, y se lo hemos hecho saber e incluso se le entregó una comunicación firmada por buena parte de los abogados que asisten a los tribunales del circuito judicial penal, manifestando nuestra preocupación por los múltiples problemas que se afrontan, y sé que la jueza rectora y también presidenta del circuito penal, ha interpuesto sus buenos oficios ante la Dirección Ejecutiva de la Magistratura e incluso el propio Tribunal Supremo de Justicia, a fin de que sean resuelta esta grave situación que afronta la justicia en el Zulia, pero no hemos visto una respuesta positiva al respecto” detalló Torres.
El representante del gremio regional de juristas, explica que este nivel de colapso en las sedes tribunalicias imposibilita el ejercicio de la justicia, pero también plantea un grave problema de índole humano para los abogados, usuarios y especialmente los funcionarios que deben pasar ocho horas al día con calor y sin salas sanitarias, por lo que hace votos para que estas deficiencias sean atendidas con carácter de urgencia.
“Cualquier particular, ciudadano o abogado que necesite por ejemplo una copia certificada de un expediente ahí se le complican las cosas por la falta de estos insumos” apunta Torres, al precisar que la crisis ha dado pie a cosas tan insólitas como que “los autos (actuaciones) de los tribunales los realizan en papel reciclado. Es algo que no debe ser, pero está pasando en Venezuela”.
Los abogados se sienten atados de manos, por cuanto ni siquiera consiguen desempeñar su trabajo con normalidad en los registros y notarías, que también están paralizadas –a veces hasta cinco días a la semana- por falta de sistema, equipos, insumos o personal.
Redacción: Luis Ricardo Pérez P.
Fotografía: Archivo