Política 

Willy Casanova solo en la carrera por la alcaldía de Maracaibo, la oposición no asoma a nadie

Willy Jackson Casanova Campos tiene 36 años. Nació el 9 de junio de 1984 y se crió en el barrio Miraflores del sector el Marite de Maracaibo. Aunque muchos se preguntan de dónde salió, su currículo político de 18 años demuestra que ha sabido moverse silenciosamente pero con determinación.

Se graduó de litógrafo en el Inces en 2002, pero su formación profesional quedó inconclusa, ya que estudiaba Economía en La Universidad del Zulia (LUZ), cuando el llamado de la política lo sedujo. Su recorrido en esa área inició como fundador en el Zulia del Frente Francisco de Miranda en 2003. Ese mismo año el presidente Chávez lo invitó a formar parte de la primera avanzada que fue a Cuba para realizar un Diplomado Internacional en Trabajo Social, a través de un convenio bilateral entre ambos países, para luego formar parte de la Misión Robinson.

Fue el primer director de la misión identidad en el estado. “Nos permitió llevar las cédulas de identidad a los barrios, luego participé en el lanzamiento de la Misión Barrio Adentro, Casas de Alimentación y también en misiones energéticas, en la sustitución de bombillos”, explica.

Para 2015 fue candidato en las elecciones legislativas y aunque no resultó electo reconoció los resultados y continuó los trabajos encargados por el gobierno nacional. Para sorpresa de muchos, Casanova resultó ganador en las elecciones de diciembre 2017 siendo un verdadero desconocido. Su contrincante fue el abanderado de UNT, el comunicador Juan Carlos Fernández.

La «calle» ha sido su terreno desde sus inicios como alcalde. La basura, el agua, el alumbrado, construcción de la Plaza Bolívar de la Curva, el remozo de 5 de Julio, la 72, entre otras obras. Dentro de su organización no tiene competencia para la reeelección.

La oposición en Maracaibo no tiene por ahora un liderazgo definido para beneplácito de los «rojos». Por ahora Willy sigue apostando a ganar adeptos fuera de su partido que ven con buenos ojos los cambios positivos en una ciudad semi destruida. Atrás quedaron para él el tema eléctrico y la gasolina, ni los nombra. Por ahora está enfrascado en asfaltar y recuperar la vialidad. Luce cómodo y sonriente en las actividades públicas

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