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Ciao Ristorante le dice «arrivederci» a Maracaibo tras 15 años de exitosa trayectoria

El pasado 26 de octubre todo eran risas y alegría en Ciao Ristorante de Maracaibo. Copas tintineaban y flashes deslumbraban a personalidades convocadas a disfrutar del festival gastronómico que celebraba los 15 años del icónico establecimiento de comida italo-mediterránea, sin imaginar que en solo dos meses éste se vería obligado a cesar operaciones, por causas que ni sus propietarios vieron venir.

Tras el normal hiato de año nuevo, los restaurantes del circuito gourmet de la ciudad retomaron sus actividades normales después de la primera semana de enero, pero en la esquina de la avenida 3G con calle 78 (Dr. Portillo) había un aire de soledad que se hizo más notable el pasado viernes 12.

En horas del mediodía los restaurantes de la Zona 3 comenzaban a llenarse como de costumbre, pero en la elegante edificación de color blanco y negro todo era silencio. La maciza puerta de color café espresso estaba cerrada, pero a través de su ventana esmerilada se podía ver un espacio desierto y en penumbras. Tan solo una silueta humana que hablaba por celular en una esquina del vestíbulo interno rompía la desolada escena.

Estocada dolarizada

La primera explicación de lo ocurrido llegó por la vía menos esperada. Del lado izquierdo del local, en el estacionamiento compartido del restaurante con otros comercios, el vigilante sentenció con un tono enfático: “Están cerrados desde el 30 de diciembre. No les renovaron el contrato de arrendamiento”. La versión fue luego confirmada por José Muñoz, quien junto a Giuliano Magno era copropietario de Ciao.

“La mayoría de los propietarios (de inmuebles) quieren renovar ahorita los contratos en dólares y como que creen que uno vende en divisas. Uno está vendiendo en bolívares y no se puede dolarizar una economía que no es la adecuada”, indicó Muñoz durante una entrevista telefónica con Tu Reporte.

El empresario cuenta que la noticia les tomó por sorpresa el pasado 10 de diciembre cuando los dueños de todos los terrenos de la cuadra y del Hotel Kristoff, les informaron que el 30 de diciembre se vencía la prórroga legal del contrato de arrendamiento y que no iba a existir una nueva renovación o extensión de lo que ya estaba pautado.

“La única manera era negociar en dólares el arrendamiento pero eso desde el principio dijimos que era imposible”, apuntó Muñoz, al detallar que desde el pasado 8 de enero están desconectando lo que les pertenece de las instalaciones para proceder a hacer la entrega formal del local conformado por dos casas que fueron unidas en el año 2002 cuando inauguraron.

El restaurador afirma que en los últimos días ha recibido numerosas llamadas de apoyo y solidaridad de empresarios y allegados que le recomiendan seguir adelante y no dejar perder el nombre, la experiencia y el conocimiento acumulado durante 15 años de exitosa trayectoria, pero subraya que en estos momentos la situación económica del país no está como para invertir en un proyecto desde cero.

“Si me daban la extensión de un año más, que yo la pedí, con mucho gusto hubiese continuado y la trayectoria era muy linda, muy agradable con gente conocida de Maracaibo, en su mayoría con buen sentido gastronómico, pero lamentablemente no lo pude mantener”, señaló el empresario, a la vez que explicó que Ciao pagaba un canon de arrendamiento del 8% de la facturación bruta, lo cual para el momento en que se constituyó el restaurante representaba un monto importante al traducirlo en divisas, pero con el tiempo aunque la facturación en bolívares fue aumentando representaban menos dólares al cambio.

Muñoz detalla que la situación cambiaria también incidía en otros aspectos de la operatividad ya que manejaban aproximadamente un 35% de productos importados en su menú. “Las pasta y arroces eran importados y aunque los mariscos no son importados es casi como si lo fueran porque al ser un producto de exportación tenemos que comprarlos a un precio bastante alto, y el aceite de oliva que es una de las cosas que más usamos a diario, se ha puesto incomprable también, pero eso no nos mortificó mucho porque el restaurante podía mantenerse vigente y activo pagando como estábamos un 8% (en alquiler), pero si te ponen una cantidad de $3.000 mensuales la cosa se torna imposible”, explica el cofundador de Ciao.

Cocinando el futuro

Aunque el golpe moral ha sido duro, Muñoz aún no está listo para colgar los guantes y se apresta a mantener vivo el legado de su restaurante, por eso tras conocer la decisión de los dueños del local donde venían funcionando, comenzó a reunirse con propietarios de otros inmuebles en la ciudad para estudiar la factibilidad de reabrir en otra localidad.

El prestigio de Ciao está asociado a un concepto que combina diseño, gastronomía y atención, por eso recientemente los dueños del reconocido negocio han acudido una vez más a la asesoría de Ernesto Nones de la firma de arquitectura Nones + Nones que diseñó el primer local, para analizar la posibilidad de retomar a futuro con un formato más exclusivo y compacto (aproximadamente 50% menos espacio que el local viejo).

Entre las voces de solidaridad que se han levantado tras el cierre, Muñoz cuenta que existe un grupo de reconocidos chefs que le han manifestado su apoyo para que no desista de la idea de continuar.

“Toda la gente que me ha escrito ha sido sumamente solidaria. A veces cuando leo los mensajes se me ponen los ojos un poco tristes porque son amigos de uno. No se trata solo de un restaurante icónico sino que compartíamos como una familia, alcanzamos un nivel de especialización enorme y todo lo que se comía era de lo mejor. Hoy que es viernes y yo todos los viernes compartía con mis amigos en el local, entonces ahorita no sé dónde estoy parado, da un sentimiento”, expresa el restaurador zuliano con un tono de voz apagado.

Reacomodos e interrogantes       

En el mundo gastronómico una hornilla se apaga y otra se enciende. Fuentes del sector informaron que durante la primera semana del año un nuevo emprendimiento que estaría dedicado a comida asiática (posiblemente el antiguo Caldero’s) ya ha entrevistado y contratado a casi todo el personal de Ciao, incluso algunas personas que venían trabajando con los dueños desde hace más de 15 años en proyectos previos.

Hasta que Muñoz y Magno logren retomar la bandera del tenedor, el cuchillo y la cuchara, la oferta de comida italo-mediterránea en la ciudad para el estrato socioeconómico C+ y B quedará dominada por Ostería y seguida de lejos por Da Vinci y Antica.

Versiones del entorno empresarial cuentan que los Kristoff estarían sopesando destinar la cuadra donde funcionaba Ciao para un desarrollo distinto al sector gastronómico, por lo que cabe preguntarse si a futuro establecimientos como Los Soles, La Quinta, Nuvó y Cazadores podrían correr la misma suerte que el restaurante mediterráneo cuando se les venza el contrato de arrendamiento.

La lógica indica que ante el nuevo escenario político regional monopolizado por el chavismo, no sería una jugada saludable antagonizar con empresarios que tienen una larga y visible relación de amistad con los círculos del poder rojo en el estado, por lo que nos aventuramos a vaticinar que el resto de los negocios de la avenida 3G entre calles 77 y 78 no irán a ningún lado, al menos en el mediano plazo.

 

 

Redacción y fotografía: Luis Ricardo Pérez P.

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