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Carbón de coco un tesoro activado en San Isidro

¡Aquí en San Isidro está enterrado el tesoro del pirata Henry Morgan! Afirma Mervis Fuenmayor en su libro “Los Hermanos Morgan”, donde relata la búsqueda de la fortuna del corsario inglés que durante el siglo 17 saqueó las principales ciudades del Caribe, y que la leyenda afirman enterró sus riquezas en algún lugar de esa parroquia al oeste de Maracaibo.

Técnico en geología y petróleo y Licenciado en Cultura e Historia, Fuenmayor  ha pasado gran parte de su vida buscando un tesoro que le permita “salir de abajo”,  y nos asegura que ¡Ya lo encontró!

Desde hace aproximadamente siete años comenzó a producir carbón activado a base de coco, con una alta rentabilidad, fácil producción y sin ningún riesgo ambiental.

La cultura zuliana está íntimamente ligada al fruto del cocotero o coco, el cual desde hace muchos siglos es usado en las comidas, como aceite comestible y hasta producto de belleza los usaban la damas en siglos pasados y aún lo hacen.

Por eso, que se pueda desarrollar una industria rentable de productos a base de la concha o cascara de coco no sorprendió a Mervis Fuenmayor, quien una vez enterado de su versatilidad y beneficios, no dudó iniciar la elaboración de manera artesanal del carbón activado de coco.

El carbón de coco que hasta hace poco se consumía en el país era totalmente importado de los países árabes; hasta hace siete años  cuando su casa de la carretera a la Concepción de la parroquia San Isidro del oeste de Maracaibo, se convirtió en el único sitio que se produce en Venezuela.

La idea de producir el carbón de coco nació de la necesidad de purificar el aroma de la grasa de tocino que se elaboraba para las panaderías de Maracaibo, durante una escasez de manteca vegetal en el país.

Fueron los árabes propietarios de panaderías, quienes le explicaron a Fuenmayor cómo eliminar con carbón de coco el olor desagradable de la grasa de cerdo.

La dificultad se presentó en el hecho que purificador sólo era producido en Arabia Saudí, por lo que debía se importando a un alto costo.

A partir de entonces el acucioso investigador y emprendedor zuliano, no descansó hasta obtener la fórmula para producir el carbón de coco el mismo.

Para su asombro los componentes principales, coco, arcilla y fécula,  para preparar el carbón activado estaban al alcance de su mano.

Con su conocimiento en geología y química inició en forma rudimentaria la producción, que le ha permitido proveer a clientes de todos los estados del país; y aspira poder crecer para cubrir todo el mercado nacional y en corto tiempo comenzar a exportar.

Mervis Fuenmayor explica, que el carbón activado a base de coco es un producto que se fabrica en diferentes formas y presentaciones, dependiendo del uso que le dé.

El carbón activado a base de coco  es confeccionado en diferentes presentaciones, de acuerdo al uso que se le vaya dar. En cubos y cilindros para emplearse como brasa, calentar ambientes y en el encendido de la pipa Narguile; en granos para purificadores de ambiente y filtros de agua potable, en polvo para uso cosmético, en la producción de mascarillas fáciles y blanqueadores dentales y como ingrediente para las tintas, en la producción de jabones, detergentes y otros artículos para el aseo doméstico.

Actualmente se destaca  las presentaciones aromatizadas  del carbón de coco, requeridas para  pipas  de agua, mejor conocidas como Narguile, muy de moda en los últimos años por jóvenes, quienes acostumbran a fumar con esta exótica pipa muy común en países  del medio oriente, como Siria, Turquía, Sudán y Egipto.

Este ingenioso marabino nos indica, que una de las cualidades del carbón activado es que por su conformación molecular y  estado físico, los espacios porosos absorben o atrapan las impurezas, como malos olores de aires o residuos sólidos en caso de líquidos, garantizando la calidad y seguridad para las personas.

La producción de carbón activado de coco es un proceso arduo y complejo, que requiere de varias etapas para garantizar la pureza de producto, la cual incidirá en la calidad de producto final y la eficiencia en su uso tanto industrial, ambiental, estético o recreativo, por lo que el manufacturado en la planta de Fuenmayor en la parroquia San Isidro de Maracaibo, no tiene nada que envidiarle al importado desde el mundo árabe y a un costo mucho menor y rentable.

El carbón activado que se produce únicamente en Maracaibo es adquirido por empresas que se dedican a comercializarlos con sus propias marcas, quienes lo presentan en empaques atractivos y lo ofrecen tanto para el consumo en narguiles, como brasas y climatizar ambientes fríos. También lo utilizan los fabricantes de purificadores ambientales y de agua, así como de cosméticos y artículos de limpieza y aseo personal.

La producción de carbón activado de coco se realiza de manera artesanal, en una pequeña planta procesadora que Fuenmayor poco a poco ha ido instalando en su propia casa, con maquinaria diseñadas y construida por él.

Este es un gran negocio, nos advierte, pero se requiere de una importante inversión para adquirir los equipos que permitirían su definitiva industrialización y con ello incrementar la producción a gran escala, que permita cubrir la gran demanda en el país del carbón activado y comenzar a corto plazo a exportarlo  a los países vecinos en primer término.

En la pequeña planta de fabricación del carbón a base de coco trabajan 20 personas de manera directa y cerca de 40 que se encargan de proveer los residuos de el coco (cochas o cascaras), luego de haberle extraído la pulpa.

El carbón activado de coco posee una infinidad de usos, por lo que su industrialización tiene una factibilidad económica que se pierde de vista, especialmente porque no se procesa masivamente en el país y debe ser importado a un alto costo en moneda extranjera.

Redacción y foto: Jogli Vera

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