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Aserca Airlines se va a pique tras 25 años volando. Aquí abrimos la «caja negra»

Después de varios meses sobrevolando en círculos con plomo en el ala y sin hallar un claro seguro donde aterrizar, este miércoles 23 de mayo la crisis de Aserca Airlines finalmente se precipitó a tierra, causando la muerte de una empresa aeronáutica de 25 años. Los deudos de la compañía oficializaron la tragedia mediante un extenso comunicado, que exaltó los logros alcanzados tras un cuarto de siglo surcando los cielos, pero nada aclaró sobre las causas del siniestro corporativo.

Tras una exhaustiva búsqueda en los espesos bosques de la información especializada, asistida por fuentes conocedoras del ramo, TuReporte encontró lo que podría considerarse “la caja negra” de una triple catástrofe, provocada por factores humano-gerenciales, técnico-financieros y un turbulento clima político.

¡May-day… may-day!

“En Aserca Airlines informamos oficialmente el cese de nuestras actividades como operador de transporte aéreo RAV 121, a partir de este 22 de mayo de 2018 (…) la empresa lamenta informarle al país que le entrega su Certificado de Explotador de Servicio Público de Transporte Aéreo (AOC) al Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC)”. Así rezan las únicas líneas medianamente reveladoras del pronunciamiento oficial de la aerolínea que ahora se reduce a Organización de Mantenimiento Aeronáutico (OMA) para prestar servicios técnicos a otras operadoras.

La misiva de Aserca no es más que el epitafio de un deceso que ya era evidente en los aeropuertos nacionales a finales del 2017. Los graves problemas financieros de la empresa saltaron a la luz pública el 16 de febrero de este año, cuando informaron a través de sus redes sociales que suspenderían temporalmente sus operaciones, debido a “causas técnicas”, pero la información fue instantáneamente desmentida por las autoridades competentes.

El propio INAC reveló que el principal transportador aéreo del país se había quedado sin fondos para pagar el seguro se sus aviones McDonnell-Douglas MD-83. “De efecto inmediato, todas las operaciones de Aserca Airlines deben permanecer suspendidas debido a que ésta no canceló la póliza de sus aeronaves. La aerolínea deberá asistir a sus pasajeros de acuerdo a las regulaciones de transporte aéreo del país” indicó el ente rector del espacio aéreo nacional.

Rayos, truenos y centellas

El incumplimiento del requisito administrativo era solo un nubarrón de una tormenta mucho más grande, según consta en informaciones publicadas a mediados de febrero por el medio especializado Airways Magazine en su versión digital.

“Unos 14 capitanes y 10 primeros oficiales estaban de guardia para una sola aeronave. Es algo inaudito. Todos los pilotos estaban principalmente en sus casas esperando una llamada telefónica para salir a operar en un vuelo de 30 minutos”, reveló a la revista un aviador que solicitó mantener su identidad en reserva por temor a represalias del Gobierno venezolano.

La publicación norteamericana también detalla que en un lapso de apenas semanas, las aerolíneas SBA Airlines (S3), Aserca (R7) y PAWA Dominicana (7Q) –todas propiedad del venezolano Simeón García- han quedado “panza arriba” (un término aeronáutico usado para expresar una situación de extrema gravedad durante un vuelo).

Si bien en los últimos cinco años la grave crisis económica que afronta Venezuela ha sido determinante en el cese de operaciones de unas 15 aerolíneas (Air Canada, Alitalia, Delta, Tiara Air, American Airlines, Latam, Gol, Lufthansa, United, Avianca, AeroMéxico, Aerolíneas Argentinas, Insel Air, Tame y Copa), en el caso de Santa Barbara, Aserca y Pawa habrían operado otros factores gerenciales y políticos.

“Aunque en Venezuela el Gobierno puso de rodillas la economía, tanto Aserca como SBA fueron mal administradas. Los dueños nunca se interesaron en mantenernos contentos. Nos deben mucho dinero y hasta compraron las refacciones equivocadas para un avión, dejándolos indefinidamente en tierra. Ellos dejaron a miles de pasajeros varados (…), y ahora se han ido del país para ocultarse de sus responsabilidades”, aseguró el piloto entrevistado por www.airwaysmag.com.

Reacción en cadena

La primera empresa del Grupo Condor en encender las alarmas del tablero fue SBA. Ya en noviembre de 2017, un mes antes de la mejor temporada, la principal aerolínea internacional de Venezuela -tras la desaparición VIASA y AVENSA- tuvo que anunciar la cancelación de todos sus vuelos debido a la falta de fondos.

SBA anunció que retomaría su ruta Caras-Miami a partir del 15 de enero de este año, pero una vez más el Gobierno venezolano le cortó las alas a Simeón García, cuando en el mismo mes en el que la aerolínea esperaba retomar el vuelo, el INAC le revocó su certificado de Operador de Servicios Aéreos (AOC), alegando el continuo incumplimiento de horarios y servicios.

En este punto las finanzas de García habían caído en barrena, arrastrando consigo a un proyecto internacional con el cual aspiraba a reponer las pérdidas provocadas por la crisis venezolana.

Según confesó el propio empresario a la revista Forbes México en diciembre de 2016, la empresa Pan American World Airways (Pawa) Dominicana, que levantó vuelo bajo su conducción en Agosto de 2015, esperaba capitalizar un mercado que anualmente generaba 5.000 millones de dólares en boletos aéreos hasta la isla caribeña, y aunque en solo un año había logrado morder un 35% de esa torta, gracias a una agresiva campaña de branding que costó 30 millones de dólares, la falta de combustible financiero le hizo perder altura rápidamente hasta estrellarse.

El 26 de enero, Pawa fue suspendida por el Gobierno dominicano bajo el alegato de “incumplimiento de pago y falta de mantenimiento a sus aeronaves”, ya que debían más de tres millones de dólares a la Junta de Aviación Civil, al Instituto Dominicano de Aviación Civil y la compañía Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI.

Intrigas “Por Todo lo Alto”

Llama la atención que el pasado 2 de febrero los gobiernos aliados de Venezuela y República Dominicana emitieron sanciones sincronizadas en contra de SBA y Pawa, alegando falta de mantenimiento en la flota aérea.

Fuentes del sector aeronáutico consultadas por TuReporte, aseguran que García, quien llegó a gozar de lucrativas relaciones con el Gobierno bolivariano se fue distanciando tras el descalabro económico del país, mientras que otras versiones no confirmadas, aseveran que el magnate originario de Puerto Ordaz y actualmente residenciado en Miami, habría sido víctima de una estafa a manos de un socio/inversionista. De cualquier forma, la consecuencia es la misma: Tres aerolíneas y un solo destino final, ahora los cielos nacionales lucen descongestionados mientras la población queda varada por la decreciente oferta de servicios y el alto costo de los pocos boletos disponibles.

 

 

Redacción : Luis Ricardo Pérez P.

Fotografía: Archivo

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