Gastronomía 

Alfajores argentinos con pasaporte venezolano

Francis Parente apaga el computador y sale de su oficina luego de ocho horas de trabajo para entregarse a una pasión que ya es un negocio familiar: los alfajores. “Descanso una hora y puedo estar de pie hasta las 2:00 de la mañana preparándolos. Es el opuesto de la oficina, donde paso la mayor parte del tiempo sentada”.

La vocación de Francis obedece de alguna manera a un llamado de la sangre. Su padre es oriundo de Argentina, donde esta golosina, compuesta de dos o más galletas unidas por un relleno dulce, es un orgullo patrio.

Pero el talento requiere de educación, y en casa de los Parente la cocina es una escuela. ¿Les apetecía una pizza?, ellos mismos la preparaban. ¿La otra noche el antojo fue un pan dulce?, pues se hizo con las propias manos.

“Así son las condiciones en mi casa desde que era niña, y así es como fui conociendo las masas, así aprendí a saber cuándo están bien y cuándo no”.

Y esas lecciones se transformaron en apasionamiento y técnica. “Te tiene que gustar la cocina, te tiene que gustar la repostería. Eso influye mucho en la calidad del producto”, insiste Francis.

El viaje

En diciembre de 2015, durante las vacaciones, Francis viajó con sus amigas a Mérida y se hospedó en el hotel de un amigo y compatriota de su padre. Oswaldo, que además de hostelero es un habilidoso cocinero, le enseñó la técnica para garantizar que la galleta del alfajor no quedara muy dura ni polvorosa.

“Entonces me vine a Maracaibo a hacer alfajores para nosotros, para la familia. Luego empecé a hacerlos para mis amigos, para sus cumpleaños. Y noté que gustaban mucho y me dije: ‘chévere, en Maracaibo no hacen alfajores clásicos, como los que hacen en Argentina’”.

Esos alfajores clásicos se rellenan con dulce de leche, pero Francis, con la ayuda de su madre, se dedicó a tropicalizar sus productos con uno de los más reconocidos embajadores de la gastronomía venezolana: el chocolate.

“Es lo que le da un plus a nuestros alfajores, y que en Argentina no lo tienen. Yo uso las marcas venezolanas tradicionales de chocolate. El amargo es espectacular. Le da el toque que hace la diferencia”.

La marca

Ya en pleno dominio de la técnica, Francis se aventuró a introducir su producto al mercado bajo la marca Alfajores Rechenos. Sólo han pasado seis meses y ya ha debido modificar la cocina de su departamento para almacenar insumos y para la preparación de los alfajores. El manejo de la demanda se hace a través de las redes sociales, especialmente Instagram: @alfajoresrechenos.

Los ingredientes también han variado. Confitura de guayaba y jalea de mango con chocolate. “’Los sabores son explosivos’, me dicen los clientes”.

Alfajores Rechenos sólo distribuye sus productos a dos locales en Maracaibo. La gran mayoría de los alfajores —mini, individuales y tortas— ha hallado un enrome mercado en todo tipo de fiestas y celebraciones, e incluso las meriendas de los niños.

Francis, mientras tanto, sigue mejorando en la técnica, segura de su talento: “quizás puedo decir que superé al maestro”.

Redacción: José Flores

Foto: Cortesía @alfajoresrechenos

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