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Jardín Botánico se viste de amarillo con la floración de los curarires

Pronto será. Agradecidos por las primeras lluvias de la estación, los curarires se vestirán de amarillo para agasajar a la naturaleza. En el Jardín Botánico el ciclo de estos árboles es todo un acontecimiento.

Aunque no hay una fecha exacta, la floración de los curarires suele suceder entre finales de abril y principios de mayo, días después de las primeras lluvias. La expectativa ante el evento natural crece a diario, por la sorpresa florida que llega de improviso.

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Mientras, el Jardín Botánico mantiene el interés de la colectividad vivo a través de sus redes sociales. “¡Faltan pocos días para que comience esta espectacular temporada de Curarires! En más tardar una semana, nuestro recinto se vestirá de amarillo de la suerte, de la buena energía y de la prosperidad”, posteó.

Sin embargo, recuerdan que “no tenemos fecha exacta, ya que se trata de la naturaleza y solo ella sabe cuándo vestirse de color. Pero, para responder a una duda general, estos árboles florecen entre abril y mayo, más específicamente, al cuarto día de la primera lluvia este mes o el próximo”.

El curarire, un árbol sabio

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La floración del curarire ocurre una vez al año. Luego de las primeras lluvias, los árboles parecieran agradecer por ese baño de vida y se visten de un impactante traje dorado.

El ciclo del curarire, más que un fenómeno natural, pareciera convocar la sabiduría más profunda frente a los cambios y la adaptabilidad necesaria para subsistir en medio de las carencias.

También conocido por su nombre científico: Tabebuia Serratifolia, de la familia de nuestro Araguaney, o Tabebuia Crisantha, este árbol alcanza una altura hasta de 45 metros y un diámetro hasta de 1.20 centímetros.

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Es una especie típica de los bosques tropicales, que se adapta bien a la sequía y agradece con esplendor cuando las lluvias bañan los campos, pues da su regalo en respuesta, una leve lluvia es suficiente para que brote la flor.

El curarire es uno de los árboles más abundante de los bosques de Maracaibo, que además es fuerte y mejor adaptado. Esta planta crece muy rápido, da muy buena cobertura y protege el suelo.

En la época de lluvias crece muy bien, pero al llegar la sequía desprende sus hojas para evitar una deshidratación. Queda descubierto, reseco en apariencia, pero no quiere decir que esté muerto.

Este árbol es capaz de desprenderse de parte de su ramaje, para mantenerse vivo en largas épocas de sequía. Pero con las primeras lluvias, surge majestuoso, brillante y vital, como la naturaleza misma. La floración dura solo unas pocas horas, pero es un espectáculo.

Jardín Botánico a la expectativa

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Para celebrar la floración de los curarires, el Jardín Botánico abre sus espacios a la colectividad. Además, anunciaron que mantendrá el valor de las entradas durante los días en se vistan de amarillo: 10.000 Bs.S adultos y 5.000 Bs.S niños, adultos mayores de 60 años y personas con discapacidades.

Para adquirir las entradas, los interesados deben transferir el monto a las cuentas bancarias del parque, ya que es único método de pago que aceptan.

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Luego, envían al correo del jardín la imagen de la transferencia, los datos del comprador y la cantidad de entradas que adquirió. El día de la visita debe mostrar la captura del pago en la entrada.

Se les recuerda a los visitantes que se requiere que hagan el pago con anticipación. Además, está prohibido entrar al jardín con armas de fuego y bebidas alcohólicas, colocar hamacas y preparar parrillas o encender fuego en general.

 

Redacción: Reyna Carreño Miranda

Fotografías: Archivo

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