El cocuy de penca amenaza con destronar a la cerveza como el licor más buscado
El venezolano modifica el consumo de licor. La crisis económica lo empuja a ello. La cerveza, conocida hasta hace pocos años como el licor del pueblo por su paladar y bajo costo, viene siendo desplazada lentamente por una bebida artesanal venezolana que se diversifica de la mano de pequeños empresarios o curadores artesanales: el cocuy de penca.
Las matemáticas financieras personales parecen reformar gustos y otorgan propiedades positivas a los sabores. “Sale mucho más económico y no sabe nada mal. Yo dejé de tomar cerveza aunque no te lo voy a negar, es el licor que más me gusta”, confiesa Carlos Toledo, trabajador gráfico, quien saca cuentas rápidamente: para comprar una caja de cerveza necesita trabajar cinco días sin tocar su salario integral.
“Ya no se puede. Una botella de cocuy de un litro me sale en 15.000 bolívares”, expresa. La de 0, 70 mililitros sale en 12.000 bolívares. Los viernes va a una tienda licorera cercana a su casa en el sur de Maracaibo y la compra. Hay varias opciones, pues detalla que es tal su diversificación que la venden con sabores incorporados: Añejo, Jengibre y miel y el Clásico, son las más populares, y adiciona Premium y el Reposado, estos dos últimos los más costosos por su refinación.
“A mí el que más me gusta es el de Jengibre y miel porque es dulcito. También el Clásico, que es por decir, el tradicional, sin sabor”, recalca Toledo, a quien, según dice, el Añejo le sabe a madera.
Soraya Laguna, presidenta de la Cámara de Licoreros del estado Zulia, corrobora el auge en la compra del producto en la entidad, aunque aclara que las licorerías tienen muchas reservas sobre la bebida por un tema sanitario y de permisología y los afiliados optan, según su versión, por no vender. Habría mucha reserva.
A juicio de Laguna, la cerveza mantiene el reinado en materia de ventas, con un promedio semanal de salida de 350 mil cajas. “El arraigo cultural con la cerveza no es fácil de sustituir. El cocuy es muy fuerte. La gente no le agarra el ritmo”, afirma, y explica, que los compradores apuestan por combinar, cuando compra en grupos pequeños por una botella de cocuy y una caja de cerveza”.
Hay un dato que soporta sus palabras. No solo en el Zulia sino en todo el territorio nacional. Lo ofrece la Cámara Venezolana de Fabricantes de Cerveza en un informe que detalla que los venezolanos consumieron hasta 2016 cerca de 2.000 millones de litros de cerveza al año. El estudio indica que 55 de cada 100 venezolanos la prefieren entre todos los licores.
El ron, en auge en materia de producción y consumo por el desplome del whisky debido a su alto costo, queda rezagado por su precio, ya que cuesta hasta tres veces más que el cocuy.
Producto autóctono
La materia prima del cocuy de penca es la Agave Cocui Trelease, una planta autóctona de la población de Santa Cruz de Pecaya, ubicada en el municipio Sucre, entre las montañas de la serranía del estado Falcón y a unos 40 kilómetros de Coro. La calidad climatológica y la riqueza mineral de estos suelos otorgan el sabor de la primera bebida venezolana en obtener la Denominación de Origen Controlada (DOC). La calidad del pecayero sería insuperable.
La denominación es un registro de propiedad de los productores. Busca dar cumplimiento a la calidad de un producto. Es como su partida de nacimiento. El cocuy de Pecaya es, para que se entienda, como el cacao Chuao y el ron de Venezuela.
El cocuy de penca, sin embargo, también se elabora en Falcón, Lara, Yaracuy, Trujillo y Zulia y su distribución principal concentra el occidente venezolano. Su elaboración es compleja: se tienen que esperar hasta ocho años para que madure la mata de penca, luego se macera (se le quitan las hojas) y se le deja solo el corazón, proceso que debe desarrollarse en un clima cálido y sin lluvias.
El proceso posterior, de cocido u horneado, dura hasta nueve días. Los artesanos colocan madera de cují sobre huecos de 1, 50 por dos metros, y le arriman piedras áridas para que generen calor. Encima ponen las cabezas de agave. En el proceso de prensa le extraen el jugo, que tiene entre cinco y nueve grados de alcohol. Algunos lo fermentan con piña, otros con azúcar, papelón o melaza.
Marina Reyes, esposa de Carlos Toledo, adiciona lo que hacen algunas conocidas que optaron por el cocuy como sustituto de la cerveza. “Lo mezclan con jugo de fresa o de piña y luego dicen que están bebiendo coctel”.
Redacción: Raúl Semprún
Fotografía: Cortesía