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Jamás pensó que su obsesión por los accesorios la llevaría a construir un negocio productivo

Con diseño gráfico no le va bien a la hora de tomar una computadora, pero la imaginación vuela en la mente de Luisa María González, periodista zuliana de la fuente de Sucesos, al momento de confeccionar con sus manos sobre tela o algún otro material. Su día a día, entre noticias de dolor y tragedia, se matizan con el color y diseño de collares, pulseras y accesorios para el vestir. Su afinidad con la elegancia la llevó a crear Lucreaciones.

La cocina de altura, el buen gusto por la ropa y por sobre todas las cosas, los accesorios, definieron el rumbo de su idea. Texturas, sabores, olores abren la mente e impulsan la creatividad. Así piensa, trabaja y materializa. La moda es lo suyo, aunque no deje a un lado las tragedias de Maracaibo, los discursos y códigos de comunicación entre policías para entender y desarrollar su carrera como periodista.

“Una persona, mujer o hombre, bien vestida, siempre marca la diferencia y estoy convencida que podré hacer de mi marca, Lucreaciones, un espacio para que todas las mujeres puedan vestir un accesorio que las represente. Una creación que nace en mi pensamiento y que las materializo con mis manos”, cuenta la fablistana de ágil sonrisa.

Una cadena de pruebas, una piedra primero, un canutillo después, “no, así no”, de nuevo, el canutillo, la piedra, el color y en cuestión de minutos, el espejismo para los ajenos se convierte en un collar, mientras que Luisana ya piensa en cómo cerrar y sujetar su creación, en cómo exhibirlo para que pueda ser vendido, “pero más allá de una venta, que ese artículo guste a más de una dama que pueda tenerlo consigo”.

Los colores no pueden ser repetidos, las creaciones “por nada del mundo”, se pueden parecer entre sí. Luisana es sigilosa. Cautelosa con lo que escoge. Premedita cada creación y en minutos las elabora. La gente le sugiere, le inspira y a ella le provoca crear más cosas. Las féminas de su entorno le piden diseños y en su pensar ya ha creado dos o tres modelos, para luego mostrarlos.

Luisana, con 25 años, ha dedicado cuatro de ellos al periodismo. “La fuente es fuerte. Uno absorbe energías negativas, llanto, gritos, dolor de pérdida. Mi manera de aislarme, de soltar lo que recojo en la calle, de recuperar energías, es la creación”.

Las creaciones que actualmente más le solicitan van de la mano con el amor por la patria. “Una pulsera con los colores de la bandera, eso lo solicitan a cada hora”. Aunque su reputación no es de envergadura en la materia, sus diseños transcienden. Rompen barreras y fronteras. Ya piensa en establecer una empresa con un local, en convertir el hobbie en mucho más que una bisutería en su destino.

Los encargos internacionales la animan. En México, donde reside parte de su familia, visten con algún accesorio de Lucreaciones y comienzan a extenderse los encargos de particulares.  En Chile, con su capital Santiago como epicentro, le cotizan productos. Su profesionalismo en comunicación social le permite entender el poder de las redes sociales. Estas mueven masas. Y Lucreaciones lleva talento a todos los espacios del orbe.

 

Crisis como motor

Una situación conllevó a la otra. Luisana ve a Venezuela como el país de las oportunidades a pesar de la crisis. El capital humano “echa’o pa’ lante” es una reserva que la define. González se siente parte de esos venezolanos que no se conforman, que sueñan, que se esmeran. Y en medio de tantos diseños a su juicio repetidos en materia de ventas de accesorios, decidió crear su propia línea de accesorios. En un principio fue para aplacar sus gustos.

Ella misma fue el gancho. “Lo que no se exhibe no se vende”, es una de sus máximas. Un día, llevar en su cuello una de sus creaciones llevó a todo su círculos de amigas a preguntarle dónde lo obtuvo. “¡Ay! Yo quiero uno”. Sus amistades, al igual que Luisana, amantes del buen vestir, de inmediato la increparon. “Yo solo sonreí y respondí, yo lo hice”.  La novedad se coló entre sus amistades. Luego los encargos se abrieron paso a mayor escala y hoy día los pedidos son constantes. No hay descanso.

A Luisana le llama la atención el impacto que generan sus creaciones entre hombres, quienes quieren lucirse con sus parejas. “Hoy en día ellos también saben apreciar la moda. Reconocen lo que es bonito y quizás, mis creaciones, son de su agrado por lo que me piden un collar, unos zarcillos o hasta un anillo”.

Instagram, tal y como la “www”, una mega autopista para la información, le ha dado un impulso a lo que Luisana en algún momento vio como una utopía o capricho. Hoy Lucreaciones, aunque con pocos seguidores, genera gran trabajo para su mentora, que con amor, pasión y esmero dedica tiempo a forjar aún más su sueño. “…vestir a gran parte de la mujer venezolana con mis ideas, mis artículos”.

Para Luisana la competencia no es un reto. Sus intenciones y objetivos son propios, sin pensar en foráneos o marcas de terceros. “En realidad lleno una parte de mí. Hago lo que me gusta y además me encanta que mis ideas sean bien vistas. Es mágico ver a alguien llevar algo que salió de tus manos”, relata Luisana, la periodista, pero mucho más la diseñadora de accesorios que apoya sus manos en una tela mientras confecciona un nuevo collar.

 

Por: Raúl Semprún

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