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Quiero ser socio del «Náutico», pero que no me «reboten»

De los clubes sociales que existen en la ciudad de Maracaibo, el Náutico es sin duda el más exclusivo debido al alto perfil socio-económico de sus miembros, calidad de sus instalaciones a orillas del Lago y un criterio de admisión que evalúa más que el saldo de las cuentas bancarias o el grado de exposición pública.

El club fundado el 3 de octubre de 1949 al lado del icónico Hotel del Lago en la avenida El Milagro ya no emite nuevas acciones, por lo cual si una persona desea formar parte de esta selecta asociación civil sin fines de lucro, lo primero que debe hacer es acudir al mercado secundario en procura de una de estas “alícuotas de participación”.

Filtro económico

Debido al estilo mayormente conservador de sus miembros, las acciones suelen ofertarse entre socios o el círculo de allegados de los mismos, aunque no es raro toparse con un anuncio de venta a través de medios menos discretos como Mercado Libre o TuInmueble.com.

El precio de la acción establece un filtro pecuniario que pone a prueba la solidez financiera del comprador, ya que hoy día éstas se cotizan entre 2 y 4 mil dólares, además de un importante cargo por traspaso de ronda los $10 mil.

Pero según se especifica en el artículo 9 correspondiente al Título II de los estatutos del club (vigentes desde 2016), “la sola propiedad o tenencia de la acción no confiere la condición de socio, siendo indispensable la previa aceptación por los órganos previstos en los estatutos, y el pago de la cuota de admisión que corresponda dentro del plazo establecido en el artículo 40 de estos estatutos, para obtener dicha condición”.

Bajo la lupa

El proceso de aceptación de nuevos socios, descrito entre los artículos 25 y 40 del reglamento interno señala que la aprobación de la membresía será controlada por el Comité Secreto de Admisión (conformado por el Presidente y un número de Socios Propietarios que éste escoja libremente), el Comité Estatutario, la Junta Directiva y el Colegio Electoral.

El aspirante deberá consignar una petición escrita ante el Presidente del club, así como asistir a una entrevista personal ante el Comité Estatutario y someterse a la aprobación de la Junta Directiva y el Comité Secreto de Admisión.

Si el Comité Secreto de Admisión rechaza la solicitud, la Junta Directiva podrá someterla a votación -sin la participación del Presidente- y bastará un solo voto en contra para ser rechazado, pero si se  logra el visto bueno del Comité Secreto, solo es necesario el apoyo de dos terceras partes de directiva para superar la primera fase.

En caso de no pasar este filtro el aspirante puede esperar un año para volverlo a intentar con un máximo de tres oportunidades antes de quedar rechazado de forma permanente.

Como si fuera poco esta “pre-aprobación” se somete luego a la votación del Colegio Electoral del club, integrado por unas 300 personas que representan el 15% de los socios residenciados en Maracaibo, con una edad mínima de 30 años y al menos dos décadas de antigüedad ininterrumpida como miembro activo del club.

El aspirante necesitará el respaldo de al menos tres cuartas partes (225 votos) de este colegio que reúne a expresidentes activos, miembros principales y suplentes de la directiva y miembros del Comité Disciplinario entre otros.

Una vez aceptado el candidato a “Socio Propietario”, deberá cancelar la cuota de admisión (fijada por la directiva) dentro de los 10 días siguientes a su aceptación por el Colegio Electoral o deberá iniciar nuevamente todo el proceso.

El veto social

Durante la fase de aprobación que dura aproximadamente dos meses el aspirante también es objeto del escrutinio de todos los miembros del club, ya que su solicitud se publica en cartelera, para que los socios puedan hacer sus observaciones ante la directiva o el Colegio Electoral.

Entre las razones por las cuales una persona pudiera ser objetada están los cuestionamientos a su moralidad y honestidad.

“Que sea una persona tracalera, que haya quedado mal, que sea un pícaro en los negocios, o su dinero provenga de fuentes ilícitas o de dudosa moral son causales de rechazo. Eso no significa que todo el que está ahí es inmaculado, pero es una especie de veto social que tiene el socio que está dentro con respecto al que está por entrar” detalla una fuente allegada al club que prefirió mantener su identidad en reserva.

El peso de este elemento es tal, que incluso una reconocida figura del mundo empresarial y político, así como el dueño de un prestigioso hotel de la ciudad han sido rechazados como socios del club por objeciones de sus miembros.

El premio

Como miembro pleno de Náutico el socio cuenta con una serie de deberes administrativos y burocráticos que van desde participar y votar en las asambleas hasta postularse para la directiva y otras iniciativas inherentes a las actividades del club, pero el verdadero atractivo de “estar dentro” va más allá del simple uso y disfrute de sus lujosas instalaciones que incluyen canchas deportivas, restaurantes, piscinas, marina para lanchas y yates, salones de fiestas, discotecas y parques resguardados de todo mal y peligro.

La recompensa para el nuevo «ungido» tras el meticuloso proceso de filtrado, es sin duda el acceso regular a un entorno de roce social de altísimo nivel, donde el “quien es quien” de la ciudad entreteje sus lazos de amistad, desarrolla afectos y alianzas que muy frecuentemente se traducen en sociedades empresariales, noviazgos y matrimonios que van consolidando los patrimonios de sus miembros, así como de sus futuras generaciones.

Las acciones amparan al grupo familiar conformado por el cónyuge del «socio propietario» y los hijos solteros menores de 30 años, quienes superadas la edad máxima o al casarse deberán adquirir su propia acción para seguir disfrutando del club.

También hay un detallado proceso que ilustra el traspaso de las acciones en caso de muerte del socio o divorcio, así como las causales que conllevan a la pérdida o revocatoria de una membresía, pero eso es harina de otro costal.

 

Para mayor información puede ingresar a:

Estatutos del Club Náutico de Maracaibo (2016)

 

Redacción: Luis Ricardo Pérez P.

Fotografía: Cortesía

 

 

 

 

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