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Osmel Sousa: ¿Zar de la belleza o lujoso proxeneta?

La magia, los sueños y la fantasía de “una noche tan linda como esta” quedaron marcados por el estigma del mercadeo sexual y el tráfico de favores políticos, que amenazan con convertir a las hermosas muñecas de pasarela en grotescas piezas de consumo lascivo.

Durante 40 años, Osmel Sousa, el “Zar de la Belleza”, lideró una de las industrias más productivas del país: “la fábrica de mujeres bellas”, ahora la Organización Miss Venezuela es el blanco de señalamientos que crudamente podrían catalogar a la “Quinta Rosada” como el burdel más caro y lujoso del país.

En las redes sociales se difundió información que acusaban a Osmel de haberse lucrado con el certamen, estar incurso en casos de prostitución y de haber sido botado del concurso. El escándalo de corrupción y hasta de una posible red de “trata de blancas” obligó a la Organización Miss Venezuela al cierre temporal del certamen de belleza.

En febrero pasado Osmel renunció a la gerencia del certamen y, aunque se desconocía la versión oficial de su retiro, en las altas esferas donde se construye la belleza se rumoreó que al “Zar” lo despidieron, porque los directivos presintieron que la avalancha venía en camino.

Cuentos de princesas

El derrumbe del Miss Venezuela comenzó hace unas semanas. Algunas ex misses se “sacaron los trapitos” en las redes sociales y se acusaron de ser escorts de funcionarios del gobierno y hasta de ostentar propiedades en el exterior producto de sus relaciones con empresarios.

En algunos casos son evidentes los vínculos. Zoraya Villarreal, ex concursante del certamen, destaca como una de las acusadas por dirigir la fundación del magnate Diego Salazar, detenido por blanqueo de capitales en la Banca Privada de Andorra (BPA) en diciembre de 2017 y el primo del expresidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) Rafael Ramírez.

Ella no es la única. La exrepresentante de Venezuela en el Miss Mundo 2007, Claudia Suárez Fernández, también está involucrada con Salazar por contribuir en el desfalco de la empresa petrolera e ingresar un millón de dólares en la BPA, según un reportaje publicado en El País.

Pero la polémica se desató cuando Annarela Bono, quien estuvo casada con Antonio Morales, ex edecán del presidente Hugo Chávez y director de un banco público; y Hannely Quintero señalaron a varias antiguas compañeras por ser “enchufadas” o patrocinadas por empresarios o funcionarios del Gobierno.

Hasta hace una semana el Grupo Cisneros Media negó conocer tales acusaciones. Sin embargo, el pasado miércoles 21 de marzo anunció una investigación y la paralización de las audiciones del Miss y Míster Venezuela.

Entre las acciones previstas por la organización están la creación de un nuevo Comité de la Belleza, un reajuste completo del certamen y la aplicación de una figura llamada «Representante de las Misses» que se encargará de canalizar cualquier inquietud sobre temas que pudieran “vulnerar” derechos u “obligaciones” o que quebranten el código de ética del concurso.

Habló el Zar

Ayer Osmel rompió el silencio y reveló que decidió dejar el certamen más importante del país por “diferencias importantes con directivos de la empresa”. “Estos últimos años se han dedicado a minar mi autoridad y a desplazarme profesionalmente hasta el punto de contradecir mis decisiones y desautorizarme abiertamente en mis labores y ante mi equipo de trabajo”, escribió en Instagram.

“En ningún momento yo he actuado en perjuicio de ninguna de las miles de candidatas que pasaron bajo mi mando en el Miss Venezuela. Mi vida austera y sencilla y mis pocas posesiones materiales responden por si solos a cualquier insinuación de riquezas indebidas”, agregó en la red social.

También aseguró que nunca usó a personas bajo su responsabilidad “como moneda de cambio para lucrarme económicamente”.

El concurso es el fenómeno social por excelencia de los venezolanos y sus ganadoras han obtenido hasta ahora seis coronas del Miss Mundo y siete del Miss Universo, así como un récord Guinness por ser el único país que ha conseguido el último título en dos años consecutivos.

La primera y la última

La primera miss venezolana que denunció la prostitución dentro del Miss Venezuela fue Patricia Velázquez, en 2015 con su libro de memorias Straight Walk, donde aseguró que tuvo la necesidad de buscarse un “patrocinador”, al que le pagaba con sexo para que cubriera las cirugías que debía hacerse para entrar en el Miss Venezuela 1989.

“Tuve que empezar a prostituirme”, escribió Velásquez en la autobiografía y detalló que el hombre mayor que la “patrocinaba” era conocido como David y que con su ayuda monetaria obtuvo un apartamento y las cirugías plásticas que requería.

En mayo de 2017, un grupo de venezolanos protestó frente a un complejo residencial de la ciudad de Doral contra la ex Miss Venezuela 1997, Veruzhka Ramírez y su esposo, Oscar Faría, por ser compadres del gobernador del estado Táchira, José Vielma Mora.

La última en aportar una perla para la corona de espinas que le confeccionaron al Miss Venezuela fue Alicia Machado, quien soltó la bomba en el programa Un Nuevo Día, de Telemundo.

Machado, Miss Universo 1996, hizo esta confesión: “Hay algo que nunca he comentado, pero una de las razones por las que abandoné el país fue porque tenía al hijo del ‘Innombrable’ constantemente acosándome, llamándome, invitándome”, contó refiriéndose a Hugo Rafael Chávez, el único hijo varón del fallecido gobernante Hugo Chávez.

Redacción: Reyna Carreño Miranda

Fotografías: Agencias

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