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Compras nerviosas de café dejan vacías las tazas de los marabinos

El café desapareció de los anaqueles. En las últimas semanas el producto aumentó su demanda, en medio del caos que generó la reconversión monetaria y el aumento de salario, más todas las medidas económicas que los acompañaron.

Sin embargo, esta escasez tiene que ver con un desabastecimiento “habitual” que se genera anualmente por “el ciclo del café”, plan de zafra o cosecha del café, que comienza en septiembre-octubre y culmina en enero-febrero.

Pero este año, las “compras nerviosas” de café indujeron un déficit prematuro de la existencia en los anaqueles del producto empaquetado e incluso en los depósitos. Por lo cual, el preciado grano no se encuentra por ningún lado.

Entre los meses octubre y marzo se produce la cosecha de café en Venezuela. En esta época se alcanza un 94 por ciento de cultivo, sin embargo, entre los meses de diciembre y enero se obtiene un nivel más alto de cosecha, pero en el oriente del país la producción se eleva en enero y febrero.

La producción de café es mayor en los estados montañosos, en la región de los andes. El cultivo se mantiene, pero muchos caficultores cambiaron de rubro, en busca de otras opciones como las ganaderías o usos agrícolas diferentes a la plantación del café. Esta migración descompensa la oferta y la demanda, por lo cual la demanda del país no se satisface con la producción nacional.

Se auguró buena producción, pero…

En septiembre de 2017 arrancó la producción de café para el periodo 2017-2018. Más de 207 mil hectáreas en 19 estados del país, tal como lo informó en ese momento, Pedro Malaver, presidente de la Corporación de Desarrollo Agrícola (DelAgro) en el marco del decreto Constituyente de la Economía Productiva y Diversificada.

“En este Plan de zafra estamos garantizando el abastecimiento nacional que superan más de mil 577 quintales de producción de café; lo que nos va a colocar en un abastecimiento de 82 por ciento de esa producción nacional, solo en el sector público”, señaló Malaver.

También aseguró que se “estaba trabajando en el aseguramiento al productor primario, al productor industrial y al consumidor del café, con respecto al análisis de la estructura de costos”.

El Plan Venezuela Cultiva 2017-2018 logró otorgar  mil 900 millones de bolívares de créditos, a más de 400 pequeños y medianos productores en una inversión directa y añadió que “el llamado a la vuelta al campo para los productores de café fue un éxito gracias a las políticas implementadas”.

Producción de café en merma

Hace un año, había en Venezuela 105 torrefactoras privadas y solo 10 del Estado, pero con esas 10 se podía abastecer nacionalmente un 82 por ciento, según explicó Alfredo Mora, presidente de la Corporación Venezolana del Café.

Para esa fecha, se había pasado de una producción de 10 quintales por hectárea a “unos 15 quintales, esto es favorable ya que esta producción nos lleva a la estabilización de los precios de costos”, enfatizó.

Sin embargo, para marzo de este año, la cosecha nacional de café se estimó en 450 mil quintales, volumen que representa apenas el 18,75 por ciento del consumo nacional, estimado en dos millones 400 mil quintales, lo que puso en evidencia que el Gobierno tendría que importar un millón 950 mil quintales para satisfacer las necesidades del mercado.

La caída en la producción nacional de este rubro se debió principalmente, a la falta de rentabilidad debido a una regulación de precios y a la decisión de los caficultores de cambiar de rubro productivo, por lo cual se estimó que de 85 mil productores de café, solo quedan 40 mil en todo el país.

Ahora, cuando los cambios en la economía venezolana dieron voz de alarma en la población, el café fue uno de los productos más comprado en las dos últimas semanas, como reacción ante la nueva regulación, el posible aumento de precios y el desabastecimiento. La taza se quedó vacía y quien sabe hasta cuándo.

 

Redacción: Reyna Carreño miranda

Fotografía: Archivo

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