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Fundación Ángeles del Cielo “eleva” la memoria por los bebés fallecidos

Argelia perdió a su bebé. Luego un embarazo considerado “normal”, durante el último trimestre la gestación se complicó y la embarazada comenzó a padecer de preeclampsia.

Entre varios eventos que ella prefiere no recordar, los médicos decidieron adelantar el nacimiento y practicar una cesárea. El pequeño Daniel nació vivo, con 32 semanas de gestación, pero en un estado general que requirió traslado urgente a UCI neonatal. A las 48 horas falleció.

Argelia no pudo cargar a su hijo ni amamantarlo. Solo lo vio fugazmente en dos oportunidades, cuando le permitieron entrar a la UCI. La última vez, la enfermera levantó la tapa de la incubadora para que la madre pudiera tocarlo. Ella introdujo una mano y con su dedo índice rozó la manecita del bebé. En un acto reflejo él la asió.

Ese fugaz momento quedó impreso en el corazón de Argelia, como un lazo invisible que los une más allá de la muerte. Hoy, Daniel tendría seis años y su madre lo evoca a cada momento. “Solo nosotras, las madres, sabemos que el hijo está vivo desde que nos dicen que estamos embarazadas”, argumenta como justificación de esa tristeza que la acompaña.

Una historia más común de lo que se cree

Argelia y su esposo Ricardo eligieron no tener más hijos, por ahora. “Odio cuando me dicen, ten otro bebé para que te consuele. No entiendo como las personas creen que un hijo pequeño se puede sustituir con otro. Hijo es hijo, tenga la edad que tenga”.

Los familiares de la pareja mantienen un silencio absurdo. Prefieren no hablar del tema ni de asuntos relacionados con embarazos, nacimientos, niños u otra cosa que les recuerde a Daniel. Así, creen que les hacen más llevadero el duelo.

Esta historia es real, pero no es única. En el boletín epidemiológico 52 publicado por el Ministerio de Salud en 2016 se reseña que fallecieron 11.466 neonatos lo que supone un incremento del 30,12% en relación a 2015 que alcanzó 8.812 muertes neonatales.

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Ángeles del Cielo eleva la memoria y los recuerdos

Hace tres años nació la Fundación Ángeles del Cielo. Rosmery Vílchez es miembro de la junta directiva y una de las tantas madres “huérfanas” de hija. “Por obra de Dios y nuestros ángeles, un grupo de mamás que pasamos por este mismo proceso tuvimos la iniciativa de crear una fundación que brindará apoyo a padres y familiares en duelo, porque perdieron hijos en el embarazo, nacimiento e infancia”.

Vílchez y el resto de los miembros de la fundación creen “firmemente que la vida de nuestros hijos que partieron comenzó en el momento de la concepción y continúa hasta el momento de nuestra partida. Por esa razón sabemos que su muerte no es algo que se supera sino que aprendemos a vivir con ese dolor hasta el último día de nuestras vidas. Pero de manera tal que nos permita con el tiempo, volver a mirar la vida con esperanza, volver a sonreír y recordarlos con amor”.

Para fluir a través de ese proceso, Ángeles del Cielo brinda apoyo, comprensión y esperanza a toda la familia afectada ante esta pérdida. “Nadie tiene por qué sentirse solo. Nuestra intención es que ningún padre que pierde a un bebé tenga que pasar por este terrible dolor solo. Pensamos que si a nosotros nos ayudó compartir nuestro dolor, hablar sobre nuestros hijos y contenernos mutuamente, podíamos hacer lo mismo por los demás padres”, asegura.

Un mes para honrar, recordar y concienciar

Octubre es el mes Internacional de Concientización y Conmemoración de muerte gestacional, perinatal o en la infancia. En 1988, el ex presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, proclamó el mes de la conciencia sobre la muerte de bebés en el embarazo o después de nacer, invitando al pueblo a reflexionar sobre el tema a través de ceremonias y actividades alusivas.

En 2002 se produce un movimiento de lucha para hacer visible esta problemática, madres que vivieron en carne propia el dolor por la pérdida de sus bebés soñaron con un día en el que los padres dolientes pudieran reunirse y compartir con familiares y amigos, en el que la sociedad en general pudiera comprender su dolor.

Así, pidieron que el 15 de octubre todas las personas alrededor del mundo se unieran en una ceremonia de iluminación de velas y que este día fuera reconocido de manera oficial. “Creemos que esta es una manera de hacer un homenaje a nuestros hijos y transformar todo este dolor en algo positivo para poder volver a mirar la vida con esperanza”, alega Vílchez.

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Cometas al cielo con un mensaje de amor

Desde 2015, la familia de Ángeles del Cielo homenajea a todos sus bebés fallecidos. “La iniciativa comenzó en Maracaibo y poco a poco se sumaron más lugares, y más familias podrán enviar mensajes a sus niños que seguramente los esperan todos juntos allá arriba.

Este año el evento lleva por nombre Cometas al Cielo y la finalidad es concientizar a la sociedad sobre la muerte de bebés, enseñando que el dolor de sus padres no puede subestimarse y que hasta la vida más corta es de gran valor.

En Maracaibo el homenaje será este domingo 14 de octubre a partir de las 2.00 de la tarde, frente a las gradas de La Vereda del Lago. Además se realizará la Ola de Luz Internacional (encendido de velas), en el mismo lugar a las 6.00 de la tarde.

Las familias que deseen participar deben llevar su cometa ya elaborada y una velita. “Las cometas simbolizan el vuelo, como el que emprendieron nuestros ángeles. Eso nos recuerda que podemos volar, nos pinta una sonrisa en la cara, para sentir la utopía de la libertad. Las cometas nos hace pensar que tenemos el cielo sólo para nosotros y que con ellas podemos llegar muy alto, donde nuestros ángeles nos envían mensajes de paz, amor y esperanza”.

Para Vílchez y para todos los miembros de la fundación, lo importante es “tener presente que aunque nuestros hijos no estén físicamente siempre podremos hacer algo lindo por ellos. Siempre habrá una manera de honrarlos y que la sociedad comprenda que el amor no comienza con el nacimiento ni termina con la muerte y que hasta la huella más pequeña deja grandes aprendizajes”.

Contacto:

@angelesdelcielo_oficial

 

Redacción: Reyna Carreño Miranda

Fotografía: Archivo

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