Espacios 

Comprar arte, signo de buen gustos y mejor inversión

Desde que en 1888 Julio Árraga mostró sus obras en la Exposición de Productores Regionales del Zulia, la vena creativa de los artistas zulianos no ha cesado hasta hoy.

La mayoría de los trabajos pictóricos de este paladín de los trazos en el Zulia, fueron mostrados en Maracaibo a finales del siglo 19 y principios del 20, período en el cual Árraga experimentó con diferentes estilos y técnicas aplicándolas a retratos, paisajes y a escenas de la vida cotidiana Marabina, como lo apunta Wikihistoria del Arte Venezolano.

Durante todos estos años los pinceles zulianos han recorrido la actividad creadora del orbe y una muestra de ello, son las obras que engalanan los grandes museos y galería del mundo, como es el caso de  Francisco “Paco” Hung, Emerio Darío Lunar, Gabriel Bracho, Carmelo Niño y Henry Bermúdez, entre muchos más; Sin contar las esculturas de Víctor Valera y Lía Bermúdez.

El arte es una necesidad creativa intrínseca en los humanos, que no sólo enriquece los sentidos, equilibra los espacios  y reconforta el espíritu, sino que es una de las maneras más hermosas de ganarse la vida.

Liz Villa, encargada de la galería Tamacuary,  la cual se dedica a la ventas y montaje de obras de artes, así como decoración de interiores, nos señala al respecto que el arte siempre será una actividad creativa y productiva con una alta demanda en nuestra ciudad, tanto  desde el punto de vista artístico como comercial.

A todos nos agrada contemplar una obra de arte, poseerla y mostrarla a nuestros amigos, por eso siempre habrá quienes inviertan en comprar pinturas, esculturas, fotografía y demás expresiones creativas, bien sea para su exhibición, decoración de ambientes, inversión o negocio.

El arte es una expresión cultural  amplia y extensa, por eso hay obras para todos los gustos y público para todos los artistas.

La curadora de arte y decoración afirma que en Maracaibo existen artistas nóveles y de una amplia y reconocida trayectoria, por lo que la demanda de piezas es alta y no termina.

Liz  es de la opinión que los venezolanos, y especialmente a los marabinos, nos preocupamos  por embellecer nuestros  espacios, bien sea el hogar, oficina o cualquier ambiente de la cotidianidad.

“Nos gusta atesorar obras de arte tanto como un gusto o una inversión, así como simplemente decorar la casa o áreas que compartimos”.

La encargada de Tamacuary expresa convencida, que en muchos casos son gente que busca una firma de un pintor o escultor de renombre, pero también se hallan quienes les encantan contemplar trabajos que embellecen su entorno y le dan valor a sus propiedades.

“Actualmente las personas pasan más tiempo en sus habitaciones, por razones de seguridad o financieras, por lo que cada vez se esmeran más en darle luz, color y estética a sus sitios”, se muestra complacida.

Nuevos artistas mayor demanda

Lo interesante de esta coyuntura  social y cultural, observa Villa, es que  hoy están en boga una cantidad importantes de nuevos artistas zulianos, con quienes mayormente vienen trabajando las galerías de artes de la ciudad.

Pero, aunque parezca una paradoja,  también tienen gran demanda los menos conocidos como Ricardo Reyes, Mario Morales, Noel Nevado, Aldo Storey, Nereida Echeto, Leonardo Valencia, Víctor Jaramillo, Davis Molero y Alonso Aguín, por nombrar sólo unos pocos.

“Otra sorpresa  del movimiento creativo local es,  que la situación  económica complicada que experimenta el país ha incentivado la creatividad de más artistas y con una calidad que nos asombra hasta a quienes nos dedicamos a esta área”.

En el caso de los artistas zulianos de renombre internacional, nos refiere,  que por su alta demanda y cotización, venden sus obras en su taller y a precios en dólares, como es el caso de Carmelo Niño, Ender Cepeda, Omar Patiño, Edgar Queipo, Luis Cuevas, Ender Colina, Henry Bermúdez, Pedro Piña, entre otros.

Regresando al tema de los compradores de arte y decoración, Liz Villa, explica, que la gente invierte en arte porque es un objeto que permanentemente se revaloriza, bien sea por la calidad del autor, tema, técnica o estilo, además de ser objetos que están ligados a sublimación del poder creador del ser humano.

“Cuando se cuenta con obras de pintores de renombre ya desaparecidos como Paco Hung, Emerio Darío Lunar y Jesús Soto, estamos hablando  de poseer una fortuna, pues son piezas valoradas en muchos casos en miles de dólares”.

Como singularidad de arte zuliano destaca otra razón del impulso en Maracaibo del arte como negocio y preciosismo, la calidad en el color y los trazos que definen a los pintores y escultores de la región, convirtiéndolos en los más demandados por los coleccionistas, amantes de arte y personas que buscan una buena pieza para decorar sus espacios.

Villa admite que la producción artística tampoco escapa  a la crisis, por lo que cuando hablamos de obras como pinturas o esculturas su valor depende del nombre del artista y la dimensión de la misma.

Es posible que nos asombre, pero en las galerías de Maracaibo se consiguen piezas de arte de menor costo que un repuesto de su automóvil, por dar un ejemplo, pero que con el paso del tiempo seguro irán obtienen más valor, por lo que su inversión está garantizada.

La experta en el negocio del arte y decoración nos dice con satisfacción, que los marabinos poseen un exquisito gusto al momento de adquirir obras y adecuar sus ambientes, pero también una intuición para la inversión en objetos de alto valor creativo como monetario, por lo que no escatiman en invertir en pinturas y escultura, que además de estimular sus sentidos protegen su patrimonio.

Redacción y Foto: Jogli Vera

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