Sucesos 

Se hizo pasar por un amigo y la estafó ofreciendo bolsas de comida «de las que vende la Gobernación»

María Fernanda tiene 35 años, es profesional y madre soltera. Suele ser muy suspicaz, pero no es infalible. Ella fue víctima de una estafa telefónica  por un delincuente  que se hizo pasar por su amigo. El hombre le ofrecía bolsas de comida «de las que vende la Gobernación».


«Hola amiga, es José, necesito con urgencia un favor de ti. Una amiga que trabaja en la Gobernación del Zulia me está vendiendo unas bolsas de comida, pero me dice que para poder venderme necesito comprar 10 y cada una cuesta 15 mil bolívares, pero no cuento con ese dinero. Podrías prestármelos y yo te regalo dos bolsas a ti más el dinero que me prestaste?», así comenzó el juego.

María Fernanda cometió un error, cuando el hombre se identifica ella le pregunta si es José su amigo y le dice el apellido, y obviamente este le responde afirmativamente, cuenta que en ese momento andaba estresada precisamente por comprar comida y no pensó en que se trataba de una estafa. «Yo pensé que era mi amigo, andaba distraída y preocupada y como él ha cambiado tantas veces de número creí que se trataba de él,  quise llamarlo y me dijo que no escuchaba las llamadas, porque su celular estaba dañado y aún así yo no caí en que se trataba de una trampa. Presté el dinero y se los transferi a una cuenta que él me dio».

La mujer explica que justamente cuando hizo la transacción le vino la lucidez y el susto, «sentí una sensación terrible en el pecho y ahí me di cuenta  que había cometido un error garrafal, que fui ingenua. De repente llamé a la esposa de mi amigo y ella me dijo que no, que incluso ella no conocía ese número». Era demasiado tarde, un delincuente le había arrebatado el poco dinero con el que contaba en aquél momento.

El sujeto siguió escribiéndole diciendo que le devolvería el dinero y que también se había equivocado, pues la había confundido con una amiga. El dinero jamás fue reembolsado.

De esa desagradable experiencia ya pasaron cuatro meses, la víctima aún no puede creer que le haya pasado a ella, que siempre se ha mantenido alerta ante este tipo de situaciones, «me agarraron en una situación emocional y me fregaron, me robaron, yo lo que desearía es que más nadie pase por eso, porque da rabia e impotencia».

Hace dos meses aproximadamente quisieron hacer lo mismo con Beatriz, en esta oportunidad era otra la estrategia, recibió una llamada a su teléfono fijo identificándose como funcionarios del SENIAT, le indicaron que había sido ganadora de un crédito, a través de un sorteo realizado en la institución, debía pasar por las oficinas del ente público a las 2.00 de la tarde con 100 mil bolívares en efectivo para abrir una cuenta en la que le depositarían una cantidad millonaria por el presunto crédito aprobado.

Beatriz es una señora de 60 años y le pareció rara la solicitud, tenía una mezcla entre emoción y sospecha de que algo no estaba bien y se lo contó a un sobrino que es militar. Fue una gran decisión, el hombre le dijo que no les volviera a atender la llamada pues se trataba de una red de estafadores que buscaban que las personas vayan al lugar y al bajarse las reorientaban a otro sitio para despojarlas de su dinero.

Existe un incremento de delitos informáticos, en los últimos años son muchos los  casos que se han presentado de malhechores que usan la ingenuidad o buena voluntad de otras personas para cometer estafas.

En la mayoría de los casos se trata de delincuentes que eligen al azar números telefónicos y lo trabajan de una manera que hacen que más de uno caiga en sus garras.

Usan teléfonos a los que no reciben llamadas para no ser ubicados por la policía, sin embargo, es importante hacer la denuncia para que las autoridades inicien sus investigaciones.

Las experiencias que estas dos damas compartieron son una enseñanza para estar atentos y alertas a la diversidad de formas que los antisociales tienen para embaucar a sus víctimas. En ambos casos no hubo denuncia, alegando que no confían en las autoridades. «Si no son capaces de agarrar a los delincuentes que andan asesinando, menos van a hacer por quienes hemos sido víctimas de robo por teléfono», asegura Beatriz.

Las visiones sobre los cuerpos de seguridad son diversas, el índice delincuencial, producto de la ruptura social de los últimos tiempos, ha hecho que el ciudadano común le pierda la confianza a la autoridad, según indican los expertos en materia de seguridad. Pero es imperativo dar parte al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas  (Cicpc), para que se inicien las labores de investigación, se trata de poner un grano de arena para que cada vez menos personas sean víctimas de este tipo de delito.
 

Por: Gabriela Pirela

 

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