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Residencias La Milagrosa, un «acertijo inmobiliario» que desconcierta a 5 de Julio

Del lado izquierdo de la subida de 5 de Julio, justo antes de llegar a la primera intersección en la avenida 3C (donde está Grafipress), hay un enigma de 16 pisos forrado en tablillas anaranjadas. De noche una luz eléctrica se cuela entre las ventanas del primer piso. De día, un discreto hombre de la tercera edad, entra y sale a pie o en un Chevrolet Montecarlo de color blanco. No es un invasor, sino el único residente y antiguo accionista de la empresa dueña del edificio La Milagrosa.

De nada sirve tocar el extenso portón dorado ni la puerta metálica que controlan el acceso al conjunto residencial. Tampoco funciona el intercomunicador empotrado en una pared de coralina que se levanta por más de tres metros y termina en una cerca de ciclón coronada por alambre de púas. La ventana de la garita apenas deja ver el interior de la planta baja, pero nadie responde. La única figura humana que se divisa es la virgen de cerámica incrustada sobre el dintel de la puerta.

Un vecino parlanchín y desconfiado que se niega a compartir su nombre, asegura que quien hoy vive en el primer piso del extremo este del edificio de 28 apartamentos, “está siendo castigado por Dios”. El hombre de tez morena y poblado bigote blanco cuenta que su familia reside en el sector desde hace más de 50 años y fueron testigos de cómo se levantó el vistoso proyecto que no superó la etapa de preventa y “dejó guindando a más de uno”.

Fuentes del sector inmobiliario, precisan que el evasivo personaje que mora desde hace seis años en la estructura inconclusa, y a quien los vecinos conocen simplemente como «Bader», no es otro que Balmore Enrique Badell Prieto, ex director general de Construcciones Inversiones y Valores Oliba De Venezuela, C.A., una empresa registrada en Caracas, que detenta la propiedad de los terrenos y el edificio.

Según datos de los expedientes 43.151 y 42.099 del Tribunal Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de Zulia (Extensión Maracaibo), entre los años 2003 y 2015, Balmore Badell Prieto estuvo inmerso en una complicado litigio entre la empresa de la cual era (o sigue siendo) socio y el Banco Mercantil, que provocó la imposición de una medida de prohibición de enajenar y gravar sobre el referido inmueble.

El expediente 42.099 detalla que el 14 de marzo de año 2001, Badell, en su condición de representante de Construcciones Inversiones y Valores Oliba De Venezuela, celebró un contrato de préstamo, con la mencionada entidad financiera, por un monto de Bs. 3.357.476.252, 35 ($4.747.266,93 a tasa no oficial del momento), y puso como garantía de pago el edificio donde hoy reside.

Cuando el banco inició el proceso de embargo por el impago de la hipoteca que congelaría por 12 años los activos del proyecto denominado “Conjunto Residencial El Milagro”, la empresa propietaria del terreno de 2.256 metros cuadrados y las bienhechurías, intentó zafarse alegando que Badell no estaba facultado para haber suscrito el oneroso compromiso. La acción que pretendía la nulidad del contrato hipotecario fue desestimada por la jueza Helen Nava en enero de 2010.

El final de la batalla legal llegó por la vía extrajudicial a través de un acuerdo transaccional, celebrado entre las partes el 4 de diciembre de 2014, ante la Notaría Pública Octava de Maracaibo. El convenio estipula que Construcciones Inversiones y Valores Oliba De Venezuela (donde ya Badell no figuraba como representante), cancelaba al banco Mercantil una suma Bs. 5.108.407,27 ($29.944,55 a tasa no oficial del momento), dando así por terminado el juicio de ejecución de hipoteca y levantando la prohibición de enajenar y gravar vigente desde el 2003. El arreglo quedó ratificado en la decisión de la jueza Adriana Luisa Marcano Montero, del 7 de enero de 2015, contenida en el expediente 43.151.

Fuentes bancarias indican que la estructura diseñada por la arquitecto Mariela Martínez, inicialmente concebida para uso residencial, estaría siendo hoy reconsiderada para un desarrollo hotelero de formato “boutique”, que iría de la mano con un complejo comercial en el extenso terreno aledaño. De igual forma destacan que debido al complejo escenario económico que ya ha frenado otros grandes emprendimientos en el eje vial de 5 de Julio, lo más probable es que si el nuevo proyecto llega a concretarse, sería en un mediano o largo plazo cuando existan condiciones más favorables para la inversión.

Mientras tanto los vecinos del sector destacan que el terreno que se extiende desde la intersección de la calle 77 con avenida 3C hasta mediados de la bajada de 5 de julio, fungen como una “guarida” para los delincuentes que pululan en el sector Cerros de Marín.

Hasta la fecha se desconoce en calidad de qué Badell Prieto continúa habitando en el primer piso en la misteriosa edificación, lo cierto es que salvo el ocasional encuentro con el cafecero de la esquina, y la luz robada que emana de sus aposentos, no existen mayores indicios de la existencia de este ex empresario signado por la desventura y la ignominia.

 

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Redacción y Fotografía: Luis Ricardo Pérez P.

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