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Un «buen tabaco» es como un «buen» sexo, ¿Te atreverás? En Maracaibo podrás.

Fumar un puro es una meditación de sabor y fuego que consume las tribulaciones en una plegaria que serpentea y desaparece. Este acto de esencial disfrute, conlleva en sí una declaración de estatus, carácter y hasta virilidad, que lo han perfilado como la afición predilecta de figuras que van desde Winston Churchill hasta Beyonce, cuyo común denominador es el poder.

A diferencia de su primo neurótico “el cigarrillo”, el puro no está hecho para aspirarse ni para la prisa. Su tamaño, complejidad y hasta su precio, obligan a procurar un espacio casi ceremonial, donde el tiempo y la atmósfera fomenten la comunión con este sereno placer que agradece la compañía de un buen ron y hasta un trozo de chocolate oscuro.

De hobby a negocio

Para Carlos Indriago, la idea de abrir hace seis años la tienda Puro Tabaco, nació de la necesidad personal de contar localmente con una fuente garantizada de un producto tan exclusivo y exigente como el público que lo consume.

“La idea era conseguir tabaco de un origen confiable. Al principio había que mandarlos a pedir en Cumaná y en Caracas porque no había un lugar donde simplemente pudieras ir a escoger lo que te ibas a fumar en el momento”, explica este médico de profesión, al relatar su visión de brindarle al mercado local una tienda especializada, como las que existen en Estados Unidos, donde los tabacos se conservan en habitaciones de madera de cedro, con humedad y temperatura controladas para extender la vida del producto y ayudarle a madurar sus sabores.

Consciente de que apuntaba a un mercado sumamente especializado, el propietario de Puro Tabaco destaca con satisfacción que a pesar de la situación económica, cuenta con una clientela fiel que ha venido creciendo gradualmente.

“El experto llega buscando lo que quiere, y con ese no hay problema; el intermedio está en esa fase donde conoce lo básico pero quiere ir probando y finalmente está el iniciado que requiere mayor asesoría para irse adentrando en el hobby. Para comenzar se recomienda una vitola (término usado para referirse a longitud, diámetro y formas del tabaco) pequeña o mediana, de carácter suave”, apunta Indriago, al ejemplificar que “la gran recomendación en el mundo del habano (puros de origen cubano) es el Montecristo #4 que es una vitola pequeña con fortaleza de media a suave y con grandes sabores, ideal para un iniciado”.

Cuando el costo es un factor, este conocedor aconseja comenzar por “un buen tabaco venezolano” como la línea clásica de Crispín Patiño, que por precios que representan entre 1 y 2 dólares (a tasa no oficial), ofrece vitolas robustas (de 1,5 a 2 cm de grosor) con sabores más suaves, para paladares que aún no están entrenados para captar las notas que da un tabaco más complejo y costoso. El siguiente peldaño es la línea Premium de Crispín Patiño que se llama La Venezolana, que cuenta con variedades de “robustos y pirámides”, de gran popularidad entre los aficionados.

“En cuanto a respuesta del mercado el 80% del tabaco que vendemos es venezolano. Al principio no era así, solo representaba el 20%, pero el dólar era muy barato y esto permitía mayor acceso a un tabaco como el habano y centroamericano”, expone Indriago, al recalcar que en el segmento del tabaco importado el habano tiene una predominancia del 60 al 70% porque brinda en las líneas clásicas de marcas como Montecristo, Cohiba, Hoyo de Monterrey y Epicure, sabores que compiten con líneas de alta gama de marcas centroamericanas como Arturo Fuente, Padrón o Aurora.

La calidad cuesta

Uno de los principales factores que ha ayudado a crear el aura de misticismo y poder en torno al tabaco es su estructura de costos. Como producto de fabricación artesanal su materia prima pasa por una transformación que combina ciencia y arte, al añejar la hoja de tabaco por períodos de tiempo que van de uno a 15 años o más, bajo condiciones controladas de temperatura y humedad. Adicionalmente el armado de los mejores puros se hace enteramente a mano y con un cuidado extremo para garantizar la calidad y presentación.

A todo lo anterior se le agregan elementos como mercadeo e impuestos (que en el caso del tabaco suelen ser las tasas más altas), para dar como resultado final una relación de costo, calidad y disfrute que no se pueden ni deben comparar con una vulgar cajetilla de cigarrillos.

“Hay tabacos sumamente costosos como el Big Bad Motherfucker (BBMF) de la casa A. Fuentes, cuyo precio internacional es de 100 dólares, siendo uno de los más caros que se comercializan tradicionalmente. La empresa Habanos S.A. -fabricante de Cohiba (la marca que fumaba Fidel Castro)-, respondió al BBMF con su línea Behike, igual de costosa y exclusiva”, detalla Indriago, al afirmar que habitualmente cuenta con ambas variedades en su tienda, pero existen otros ejemplares más caros como el Gurkha Reserva Especial añejado 15 años en coñac, que puede costar hasta 800 dólares por ejemplar.

Este tabaquista zuliano destaca con admiración que “increíblemente” son las cajas costosas las que más rápido vuelan. “Yo traigo pocas cajas de esas pero ninguna se me ha quedado abollada, ya que hay un grupo muy selecto que tiene esa capacidad e invierte en un tabaco costoso”.

Disfrute garantizado

Indriago explica que la cercanía geográfica y nexos comerciales con Cuba han hecho que sea relativamente más fácil encontrar habanos en el país que en EEUU, donde son ilegales por el embargo comercial que hay hacia la isla, pero detalla que esto no garantiza que todo el producto que se ofrece por las redes sociales sea auténtico, ya que desafortunadamente los cubanos son también los principales falsificadores de las marcas más conocidas.

Una forma de constatar la autenticidad es acudir a la página web de la marca y verificar los indicadores de autenticidad y sellos de la caja, así como la impresión de la banda, pero el propietario de Puro Tabaco asegura que la mejor forma de garantizar el disfrute de un habano en óptimas condiciones es acudiendo a un proveedor certificado donde la mercancía está almacenada en las condiciones adecuadas.

“Yo comencé fumando tabacos chimbos, compraba una caja en 50 dólares y pensaba que estaba muy económico. Después fui entrenando el paladar y aprendiendo cuál es el verdadero sabor de un Cohiba y me di cuenta que una caja de 50 dólares nunca podría ofrecer lo mismo que una caja auténtica”, comparte Indriago.

Por último este galeno sibarita del tabaco, recomienda buscar un lugar calmado, sin celulares ni interrupciones, y disfrutar de una agradable música y un excelente puro nacional o importado, en compañía de un café, whisky single malt o ron venezolano.

Repetir la terapia una o dos veces por semana para mejores resultados.

 

Para mayor información puede ingresar a:

Instagram: @putotabaco

web: www.purotabaco.com.ve

Dirección: Calle 72 entre Av. 15 y 16, Maracaibo, Zulia

 

 

Redacción Luis Ricardo Pérez P.

Fotografía: Cortesía Puro Tabaco

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