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Homosexual, nace o se hace ¿Puede la ciencia explicarlo?

Cuando Miguel se cansó de vivir una farsa y posteó en las redes su preferencia sexual, el mundo se derrumbó para él. Recuerda que estaba harto de fingir, cosa que no se le daba muy bien, porque en el liceo le gritaban “cosas feas” cuando pasaba y hablaban a sus espaldas.

Sus amigas le aconsejaron que se sincerara. No fue fácil, comenta, mientras suspira y frota sus manos, blancas y delicadas. “Tenía 16 años. Una noche me harté de que me dijeran ‘marica’ y ‘hembrita’, que escribieran en las paredes insultos sobre mí y se burlaran, así que grabé un pequeño video y lo monté en Instagram”.

Hace tres años que Miguel cumplió su hazaña, aunque escuchándolo hablar parece que fuera toda una existencia. “Después de eso todo cambió. Mi madre lloró durante semanas y mi padre me amenazó con botarme de la casa y estuvo tres meses sin háblarme. Luego pasó la marea. Ellos entendieron que sigo siendo yo, sin importan mi sexualidad. El resto no me importa”.

Hoy, Miguel está en otro país. Se fue en busca de libertad y de nuevas oportunidades. En sus redes se le ve feliz, junto a Jhosep, un entrenador personal de 32 años, de quien jura estar “locamente enamorado”.

Como esta, miles, millones de historias de homosexualidad forman parte del erario universal. Unas con finales felices, otras trágicas y descarnadas, pero todas reales y acompañadas de una sólida pregunta ¿Por qué?

Así como Miguel, Alexandra admite que durante su adolescencia pasaba las noches preguntándose ¿Por qué? “Yo me decía, por qué yo, por qué me pasa esto a mí, pero lo peor fue cuando mi madre me dijo ‘por qué Dios me castiga de esta manera’. Me quería morir”.

Aún hoy día, con la supuesta libertad con la que se afronta ser homosexual, muchos se sienten responsables y culpables por su orientación, debido a la desinformación y confusión que rodea el tema.

Dónde está la clave

El por qué de la homosexualidad es una pregunta que ha ocupado a los filósofos, científicos y religiosos durante décadas. Nancy Álvarez, psicóloga, sexóloga y terapeuta familiar, expone en un artículo publicado en su blog que “la gente quiere entender por qué hay personas homosexuales y si el homosexual nace o se hace, esto por intereses sociales y científicos, según lo confirma la gran cantidad de estudios hechos por diferentes disciplinas”.

Hasta principios de los años 70 se estudió la homosexualidad con el objetivo de erradicarla del planeta. Byne y Parsons (1993), investigadores de la Universidad de Columbia, afirman que el interés de los científicos debiera ser llegar a determinar el origen de la orientación sexual humana, “a quién deseamos”.

“No existe hasta el día de hoy investigaciones, que se hayan podido repetir con el mismo resultado, que confirmen desde el punto de vista biológico, que el homosexual nace”, asegura Álvarez y comenta que las diversas teorías sobre el origen de la homosexualidad demuestran que, hasta mediados de este siglo, casi todas las explicaciones no tenían una base científica.

“La mayoría suponían que la heterosexualidad, era lo único natural y bueno. Considerando que estas ‘supuestas desviaciones’ eran debidas a la actuación de fuerzas malignas o bien como algo que se daba en personas pecadoras que libremente elegían ser malas o perversas “.

Es a partir de los años 50 y 60 que los científicos tratan de buscar una explicación a la homosexualidad. Existen teorías biológicas y psicológicas. Las biológicas buscan la respuesta en la fisiológica, la neuroanatomía. Las psicológicas estudian la familia, los individuos, las vivencias y el medio ambiente social, como agentes causantes de la homosexualidad.

La homosexualidad dejó de ser considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad mental en los 90. Se eliminó la homosexualidad del Manual de diagnóstico de los trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría y se pensó que sería el primer paso para la despenalización de la homosexualidad.

Actualmente, y a pesar de que docenas de países legalizaron la homosexualidad después de la histórica decisión de la OMS, aún quedan más de 70 países en la que se considera ilegal. Cerca del 40 % de la población mundial vive en países en los que la homosexualidad es perseguida, siendo la India el que tiene más habitantes.

Cuatro perspectivas diferentes

Diversas aproximaciones buscaron la explicación de la homosexualidad en el tamaño y forma del cerebro o de algunas de sus partes, pero este órgano, pese a su complejidad, es adaptable y sufre cambios en función de los estímulos, por lo que siempre quedó la duda de si las diferencias eran por causas biológicas o ambientales.

La revolución genética de la última década llevó a pensar que había una alteración en los genes. Pero los estudios hechos con gemelos, que comparten ADN y la misma educación no han sido concluyentes. Según esta explicación si un hermano era gay, su hermano idéntico genéticamente debería serlo, pero no ha sido así.

Una tercera teoría habla de la exposición a ciertas hormonas durante el embarazo. La teoría dice que los cerebros de fetos masculinos expuestos a menos testosterona de lo normal resultaban en niños gays y que los femeninos expuestos a más testosterona, resultaban en lesbianas.

La última explicación sugerida, la de la epigenética, utiliza la idea de la exposición del cerebro a la testosterona, pero la matiza por la variabilidad en la epigenética de los distintos embriones y se acerca a dar una explicación a la existencia de varias personas homosexuales en la misma familia, según los investigadores del National Institute for Mathematical and Biological Synthesis (NIMBioS) y la Universidad de California en Santa Bárbara.

La epigenética es el conjunto instrucciones que hace que en una célula se fabriquen proteínas. Durante la reproducción, el padre y la madre transmiten al hijo todas las instrucciones y es la correcta activación de cada una de ellas en su momento adecuado la que determina que de un óvulo fecundado se genere un ser humano.

Los investigadores determinaron que un grupo de esas instrucciones, que son las que regulan la respuesta a la testosterona, se pueden heredar. Así, un feto masculino que hereda la instrucción de ser muy sensible a un descenso de testosterona acabará siendo un niño gay si se produce una disminución de la hormona. Igual, si un feto femenino hereda la instrucción de ser muy sensible al exceso de testosterona será lesbiana.

¿Sigue siendo un estigma?

Sin importar el por qué, aún quienes se consideran más “mente abierta”, repelen la idea de la homosexualidad en su entorno familiar. Una prueba de ello fue la reacción mundial ante In a Heartbeat (En un Latido), un cortometraje animado por computadora, producido por Ringling College of Art and Design, que salió a la luz en julio de 2017 a través de YouTube.

El video trata sobre una pareja de chicos gays. En sus cuatro minutos el espectador se expone directamente a la mirada de un romance homosexual, con momentos sentimentales e íntimos.

El material produjo una fuerte reacción en la audiencia. Hasta el momento completa casi los 36 millones de reproducciones, sin embargo los usuarios comentan que no es para el público infantil, porque da “malos ejemplos”. Hubo comentarios como: «Esto es una enfermedad mental. Se está sexualizando abiertamente a los niños. Esto debería estar criminalizado».

En el fondo, los creadores del corto dieron en el clavo. Como le dijeron a NBC News, “In a Heartbeat es la inocente y alegre historia sobre un chico y su enamoramiento que esperamos que resuene sobre todo entre los más jóvenes, más allá de sus creencias u orientaciones. Con este corto queríamos desafiar la idea preconcebida de que el contenido LGBTQ no es apropiado para audiencias más jóvenes».

Redacción: Reyna Carreño Miranda

Fotografía: Agencias

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