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Patiño: El abstraccionismo atrapa la luz de la ciudad

La pintura como expresión artística es un intento del creador de atrapar la luz descompuesta por el prisma creativo en una explosión de colores, figuras  y texturas.

Pero el arte de pintar consiste en captar realidades de la vida cotidiana, pero también imágenes trazadas con la imaginación, percepción y destreza de la composición del artista.

Desde los tiempos prehistóricos el hombre se vio en la necesidad de expresarse a través de la pintura, como lo han demostrado los descubrimientos de las ahora muy conocidas pinturas rupestres, halladas en el año 1903 en las Cuevas de Altamira.

En Venezuela el movimiento pictórico han sido gratamente prolífico desde sus primeros años como nación, destacándose las obras patrióticas de Tito Salas y Arturo Michelena, hasta nuestros días con artistas de avanzada que tienen renombre mundial en las técnicas del cubismo, el arte cinético y abstracto, como Jesús Soto, Carlos Cruz-Díez, Ángel Hurtado  y Mateo Manaure, por nombrar los más conocidos.

En el Zulia el movimiento pictórico no ha cesado desde los tiempos de Julio Árraga, con pintores cuyas obras engalanan las galerías de artes más prestigiosas del país y el mundo, entre los que se destacan Emerio Darío Lunar, Gabriel Bracho, Francisco “Paco” Hung, Carmelo Niño, Ender Cepeda, Henry Bermúdez, Luis Cuevas, Edgar Queipo, Ender Colina, Juan Mendoza y Omar Patiño, por nombrar solo algunos.

Cada pintor tiene su estilo y técnica bien definida que les han permitido trascender en el difícil mundo del arte pictórico, particularidad que se define por sus gustos y conocimientos.

Omar Patiño es un pintor zuliano que decidió tomar el camino más exigente de las artes visuales como es el abstraccionismo, estilo y técnica que adoptó de su formación académica en Europa, durante su permanencia por 10 años en los ´80 del siglo pasado en Polonia.

A Carlos Ildemar Pérez, poeta zuliano, lo que más  lo cautiva de las pinturas de Omar Patiño es que su mirada recibe el puro impacto dinámico de la perfección del color, en el que trama un soporte espacial delirante y genésico.

Atrapado por el Color y los trazos

El color y los trazos me atraparon desde muy niño, cuando en la escuela me deleitaba pintando las casas de palafitos que colmaban las playas de Ambrosio en Cabimas, donde comencé a descubrir el fascinante mundo de la pintura, expresa con luz en sus ojos Patiño.

Omar Patiño nació en la isla de Margarita, donde se apropió de los tonos azules, turquesa e índigo, que se amalgaman con los ocres de la agreste geografía insular, como lo describe Miriam Franco, su esposa y periodista especializada en cultura.

Pero desde muy niño fue traído por su madre a vivir a Cabimas, donde la pasión por la pintura lo atrapó desde muy pequeño, por lo que ya de adolecente le toma horas completas pincelar las casas de la “Colonia Inglesa” del centro de la ciudad petrolera y los paisajes de embarcaciones navegando en el Lago de Maracaibo, todos impregnados de brillantes colores, en los que se descomponen la radiante luz del Zulia.

Patiño inicia su formación académica en la Escuela de Artes plásticas “Pedro Oporto”  de Cabimas, donde expone sus obras por primera vez, para luego, a principio de los años 80 obtiene una beca para realizar estudios de arte en la  Escuela Superior de Artes Plásticas de la ciudad de Gdansk en Polonia.

“Mis estudios en Polonia, cambiaron totalmente mi manera de concebir el arte, no sólo en el manejo de las diversas técnicas pictóricas sino también la expresión”.

Nos cuenta que gracias a la tutoría de dos grandes maestros: Kassimier Owstrowsky y Hugo Lasecky de la escuela polaca se encaminó hacia lo que buscaba, sistematizar el color, la forma, la línea y la composición, experimentando varios procesos hasta llegar a la abstracción, estilo que lo define actualmente.

Omar Patiño afirma que  el movimiento artístico venezolano sea en la plástica, en la música,  las artes escénicas o la literatura, ha sido siempre de gran relevancia a nivel nacional e internacional, por el gran potencial humano y de talento creador que tenemos.

Insiste en su opinión de que el  arte y la cultura es la mejor referencia de una nación y esa es una  sus grandes fortalezas morales e intelectuales.

“Soy un artista plenamente convencido de lo que hago. Creo en mi trabajo y de eso vivo de manera satisfactoria profesional y económicamente, sentencia.

En estos momentos Omar Patiño se encuentra una temporada fuera del país, proyectando su obra, afianzando intercambios culturales, tanto en América como Europa, y contactando galerías, museos y eventos artísticos donde pueda exponer sus pinturas y abrir las puertas a otros artistas zulianos tan destacados como él.

Redacción: Jogli Vera

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