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Hace falta “un milagro” para que José Gregorio Hernández sea beato

Parece una broma, pero solo un milagro separa al doctor José Gregorio Hernández de su beatificación. Entendida la palabra milagro, no solo como el hecho inexplicable de recuperación de la salud, sino como la alineación de factores como recursos, voluntad y aprobación.

El doctor José Gregorio Hernández falleció el 29 de junio de 1919, luego de ser arrollado por el vehículo de Fernando Bustamante, mecánico dental de 25, quien era paciente del médico. Ese día los caraqueños exclamaron “¡Ha muerto un santo!”.

El hecho ocurrió a las 2.20 de la tarde, en la esquina de Amadores de La Pastora, y quedó registrado como el segundo accidente automovilístico en el que un peatón perdió la vida en Caracas. Se estima que una centena de vehículos transitaban las calles de Caracas a principios del siglo XX.

La mayoría de los biógrafos de José Gregorio Hernández coinciden en que salió con premura de la farmacia de Amadores, adonde fue a comprar una medicina para una paciente anciana, porque se enteró que un niño cayó de un balcón en las cercanías y se encontraba herido.

Tras la muerte del “Medico de los Pobres”, inició su fama de santidad y en 1949 los trámites para su santificación. La Iglesia comprobó años siguientes que el caraqueño vivó en grado heroico las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad, así como las cardinales: justicia, prudencia, templanza y fortaleza. Por eso fue merecedor del título de “Venerable” en 1986.

La Iglesia no está apurada, quiere certeza

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El 1986 también fue el año en el que se introdujo en la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano el primer milagro para elevarlo al grado de beato, pero fue desestimado. Lo mismo ocurrió en 2009.

“La causa mucha veces es injustamente tratada. La gente quiere el santo ya, pero la Iglesia no está apurada, quiere certeza”, afirmó en 2014 Laura Zambrano, encargada de la Oficina de la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, que abrió sus puertas en 2011 en el despacho parroquial de la Iglesia de La Candelaria.

No fue hasta 2011 que el episcopado venezolano se dio cuenta que si no se ocupaba de buscar el milagro, éste difícilmente llegaría a sus manos. “Esto no está listo. Está crudo”, lo confirmó Monseñor Fernando Castro, Obispo Auxiliar de Caracas y Vice-Postulador para la fecha.

La estadística apunta que la mayoría de los santos provienen de congregaciones religiosas, sacerdotes miembros, sacerdotes diocesanos y, por último, laicos como José Gregorio.

Estos últimos tiene la desventaja de que no poseen una asociación que se concentren en su causa, como fue el caso de las beatas criollas, Madre María de San José y Madre María Candelaria.

Se registraron muchos milagros, pero…

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El milagro que se busca tiene que ser instantáneo, total, permanente, sin explicación médica ni natural. Y aun así debe probarse que la persona estaba gravemente enferma y que lo único que medió entre la enfermedad y la salud fue la oración a José Gregorio Hernández por parte de sus familiares y allegados.

Datos suministrados por la oficina de beatificación en 2014 indican que en 2011 recibieron 14 testimonios de presuntos milagros, en 2012, 65; en 2013, 234; y en 2014, la cuenta asciende a 450. También llegaron cartas de Colombia, Alemania, Italia, Tailandia, Portugal, Estados Unidos, España, República Dominicana y Ecuador, entre otros.

La ruta por la santificación sigue con el segundo milagro que permita canonizarlo. “En este mundo terreno, los procedimientos requieren de presencia en el Vaticano, procesos administrativos, gastos. Vamos a estar claros, para beatificar a José Gregorio hace falta dinero porque hay que costear pruebas médicas, traslados…”, informó su colega Mons. Castro.

José Gregorio Hernández se relanza

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Sin embargo, en diciembre pasado, el cardenal Baltazar Porras se movilizó hasta San Fernando de Apure para instalar el tribunal eclesiástico que autenticará el milagro ocurrido por intercesión del “Médico de los Pobres”.

“El caso está en pleno proceso de estudios a nivel diocesano y luego se elevará a la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano la instancia que tiene la potestad de dar el aval definitivo”, reveló el padre Ender Moissant Ugarte, responsable de medios de la Diócesis de San Fernando de Apure al medio católico Aleteia.

“De momento, mostramos nuestra alegría con mucha cautela pero con infinita fe en que este milagro avale definitivamente la posibilidad de que el Doctor José Gregorio Hernández pueda ser elevado a los altares”,  indicó.

La información se develó el pasado martes 18 de diciembre, luego de que el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, administrador apostólico de Caracas y arzobispo de Mérida, acudió a la entidad llanera junto a miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana, “para autenticar el posible milagro” ocurrido en esa región.

La última palabra la tiene la Santa Sede

“Es el primer paso para estudiar el posible milagro”, acotó Moissant. “Fue un momento ameno y oportuno para compartir, orar y poner todo en manos de Dios. La última palabra la tiene la Santa Sede. Nuestro trabajo ahora es organizar todo el expediente”, añadió.

También apuntó que la finalidad del trabajo realizado por el obispo fue instalar el tribunal disciplinario eclesiástico, al que le corresponde “determinar si el caso adjudicado en esta ocasión al Venerable José Gregorio Hernández, contiene el necesario milagro y lo hace merecedor de la beatificación”.

Uno de los asistentes fue monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla, obispo auxiliar de Caracas y vice postulador de la causa de beatificación de José Gregorio Hernández. También asistieron miembros del equipo de canonistas y médicos que tomaron juramento de sus funciones para estudiar el portentoso hecho.

El vocero de la diócesis apureña explicó que al frente de este nuevo caso se encuentra monseñor Alfredo Enrique Torres Rondón, obispo de San Fernando. “Es nuestro deber estudiar el caso y presentar las pruebas  para que la Santa Sede tome la decisión final”, añadió.

La causa de beatificación del doctor José Gregorio Hernández cobró fuerza recientemente. Incluso, el cardenal Porras designó ante la Santa Sede a la experta teóloga e investigadora, Silvia Mónica Correale, como nueva postuladora. Tomando como base su dilatada experiencia en el proceso exitoso de varios santos, laicos y religiosos de origen latinoamericano.

Dos veces Siervo de Dios

Rafael Espinosa, miembro de la Asociación Civil de Trujillanos en la Región Capital e integrante de la comisión que adelantará el proceso, explicó a un medio capitalino que a lo largo de los últimos 69 años se superaron diversos obstáculos en el camino a los altares de José Gregorio Hernández.

«No debemos olvidar que José Gregorio Hernández fue declarado dos veces Siervo de Dios». En efecto, en dos oportunidades el Vaticano consideró la causa y dio luz verde para iniciar el proceso de santificación.

La primera vez se produjo tras la postulación realizada por monseñor Castillo en 1949, pero el proceso se estancó y prácticamente quedó relegado al olvido. Por lo que en 1957, monseñor Rafael Ignacio Arias Blanco, también arzobispo de Caracas, lo retoma y presenta nuevamente la causa ante la Santa Sede.

Es entonces que José Gregorio Hernández se ratifica como Siervo de Dios, hasta que el 1986 su santidad Juan Pablo II lo declara Venerable, durante ese año.

En 2014, a propósito del 150 aniversario del nacimiento del Venerable de Isnotú, se pidió a los creyentes que reportaran casos que consideraran milagros. El llamado tuvo una respuesta contundente, se hicieron 1.248 reportes.

De ese total 103 se consideraron como milagros potenciales, de los cuáles ocho están bajo estudio médico, según explica Rafael Espinosa, por lo que se espera pronto tener resultados positivos en torno a la causa de José Gregorio Hernández.

Después de la beatificación qué sigue:
  • La canonización, que es el acto mediante el cual la Iglesia Católica se declara como santo a una persona fallecida.
  • La canonización no santifica. Es solo una declaración de que ella fue santa durante su vida y al momento de su muerte.
  • Hay cuatro vías para llegar a la declaración de canonización.
  • La vía de las virtudes heroícas; se requieren dos milagros
  • La vía del martirio. Cuando se martirizó a la persona por causa de la fe, este caso se requiere solo un milagro.
  • Las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas, llamada también beatificación/canonización equivalente.
  • La vía del ofrecimiento de la vida, propuesta por el papa Francisco en el motu proprio Maiorem hac dilectionem.

 

Redacción: Reyna Carreño Miranda (recopilación)

Fotografía: Cortesía varias fuentes

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