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Jonathan Yoris le pone un toque de pino natural a la Navidad

El árbol de pino, aunque no es oriundo de esta tierra, por efectos de la globalización trae conexión con la Navidad. Pereciera difícil adornar con pino natural los espacios del hogar, pero Jonathan Yoris lo hace posible.

Este joven decorador tuvo la idea de hacer decoraciones con pino natural y ofrecerlas a sus clientes durante la temporada decembrina. “Esta idea nació hace un par de años, de una conversación que tuve con mi abuela. A ella le encanta cultivar plantas y un día estábamos sentados conversando y me dijo ‘por qué no inventamos algo con esos pinos’”.

Jonathan Yoris explica que el planteamiento de su abuela le encendió una luz en la creatividad. Los primeros arreglos los elaboró con las ramas de los árboles del jardín de su abuela. Sin embargo, la demanda lo llevó a buscar un proveedor más nutritivo.

Conseguir pino natural en Venezuela no es una tarea fácil, pero Yoris se las ingenia. “Tengo un proveedor que todos los años me trae el material necesario para hacer mis arreglos. Es un poco más caro, pero son árboles cultivados en el país y eso baja los costos”.

Jonathan Yoris

Emprendimiento de temporada navideña

Cuando Yoris comenzó a ofrecer sus arreglos causó sensación. “Era algo que no se había visto en la ciudad y a la gente le encantó”, asegura y explica que no solo son artículos artesanales, hermosos y decorativos, sino que representan el ambiente navideño e impregnan de frescura el ambiente.

Los arreglos que ofrece Jonathan Yoris van desde pinos de 20 centímetros hasta árboles de tres metros de alto. Además, elabora el arbolito redondo llamado topiario, centros de mesa redondos y estilo Napoleón y guirnaldas en todos los tamaños.

El decorador ofrece sus servicios y sus productos durante todo diciembre y puede contactarlo a través de su cuenta en Instagram: @parttylandmcbo. “entrego adornos hasta el mismo 24 de diciembre si el cliente lo pide”.

Jonathan Yoris

Por qué pino y no otro árbol

En la antigüedad, los germanos estaban convencidos de que tanto la Tierra como los Astros pendían de un árbol gigantesco, el Divino Idrasil o Árbol del Universo, cuyas raíces estaban en el infierno y su copa, en el cielo. Así que, para celebrar el solsticio de invierno, ellos decoraban un roble con antorchas y bailaban a su alrededor.

Alrededor del año 740, San Bonifacio, quien fue el evangelizador de Alemania e Inglaterra, derribó ese roble que representaba al Dios Odín y lo reemplazó por un pino, el símbolo del amor eterno de Dios.

Este árbol fue adornado con manzanas, que para los cristianos representan las tentaciones, y velas, que simbolizaban la luz del mundo y la gracia divina. Al ser una especie perenne, el pino es el símbolo de la vida eterna. Además, su forma de triángulo representa a la Santísima Trinidad.

En la Edad Media, esta costumbre se expandió en todo el viejo mundo y, luego de la conquista, llegó a América. El primer árbol de Navidad, decorado tal como se le conoce en la actualidad, se vio en Alemania en 1605 y se utilizó para ambientar la festividad en una época de extremo frío.

 

Redacción: Reyna Carreño Miranda

Fotografías: Norge Boscán

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