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Descubre qué y quién “se apoderó” del antiguo local de Ciao

Algo está pasando en la esquina de la avenida 3G con calle 78. Tras cinco meses de soledad y un aire melancólico, la antigua sede de Ciao Ristorante está atravesando una metamorfosis, para albergar un tipo de negocio que parece no tener punto de saturación en Maracaibo, pero uno de los aspectos más interesantes no es que se trata de un rubro harto conocido en la llamada Zona 3, sino que sus dueños son aún más conocidos por sus múltiples emprendimientos en esa misma cuadra.

El pasado 10 de diciembre, mientras José Muñoz y Giuliano Magno aún disfrutaban del júbilo de haber alcanzado 15 años brindándole a la ciudad una de las mejores propuestas de gastronomía mediterránea, una notificación legal les apagó la fiesta y los fuegos de su restaurante.

La familia Kristoff, propietaria de los terrenos de toda la cuadra ubicada entre la Plaza de la República, la Av. 3G, 5 de Julio y Dr. Portillo, informaba a los propietarios de Ciao que debían decirle “arrivederci” a su icónico establecimiento, por cuanto el 30 de diciembre vencía la prórroga legal del contrato de arrendamiento, y no habría una nueva renovación o extensión del mismo, a menos que renegociaran los términos.

Los restauradores intentaron abogar por una prórroga de un año, pero la posición de los Kristoff era inamovible. “La única manera era negociar en dólares el arrendamiento pero eso desde el principio dijimos que era imposible (ya que la facturación del negocio era en bolívares)”, confesó a TuReporte Muñoz, mientras desinstalaban sus equipos el pasado 8 de enero.

La remodelación en el local se hizo notoria a principios de mayo, cuando los albañiles comenzaron a alterar el diseño creado en 2002 por el estudio de arquitectura Nones + Nones para unificar las dos casonas que albergaron a Ciao.

En el interior modificaron los ambientes de la barra, el área del comedor y la cocina que a toda hora despedía aromas de ajo salteado, tomate fresco, frutos del mar, albahaca y aceite de oliva. El espacio ahora se torna más funcional y se ensancha, maximizando las superficies para crear un piso de ventas que próximamente se llenará de neveras, cavas, anaqueles y cajas registradoras.

Aunque fuentes del ramo gastronómico y comercial marabino habían indicado inicialmente que el local situado frente a Tony Romas, ahora será un mini-market propiedad del empresario y exfuncionario del gobierno regional, Salvador González, allegados al nuevo emprendimiento aclararon a TuReporte que «no se trata del ex secretario de Administración de la Gobernación del Zulia, sino de un hijastro de éste llamado Carlos Salazar.

«Salvador ni siquiera sabía que su hijastro había agarrado eso. Carlos es hijo de la esposa de González, Laura, quien es la dueña de los restaurantes. De hecho, el primer restaurante de ella que es Los Soles, tiene ese concepto por que es de familia mexicana y las recetas son de su mamá» apuntó la fuente que prefirió no ser citada con su nombre.

Cabe destacar que la propietaria de Los Soles y su familia también son las figuras que están detrás del steak house Cazadores, que sustituyó a una vinoteca y lounge llamada Nuvó (situados en la misma cuadra que Los Soles), por cuanto el nuevo mini-market vendría a extender el emporio gastronómico que han ido construyendo en la zona gourmet.

Entre los detalles del nuevo proyecto se pudo conocer que el establecimiento llevará por nombre «La Marketa» y está inspirado en un concepto de mercado de delicateses y bistró como los que existen en ciudades como Nueva York, donde los clientes puede solicitar la preparación de platos específicos en base a productos que forman parte de la oferta comercial. El área que antiguamente conformaba la barra de Ciao, ahora será una especie de mini restaurante que tendrá distintas propuestas para desayunar, almorzar o cenar.

Tras el desmontaje de Ciao había trascendido que los Kristoff tenían pensando utilizar los terrenos para un modelo de negocios “distinto al sector gastronómico”, pero ya vemos que el nuevo uso del espacio seguirá estando en el ramo de la comida para un target socioeconómico C+, B y A; un nicho que por cierto tiene bastante competencia en la Zona 3, donde destacan La Fina, La Ruzería y el bodegón Vía Casa en el C.C. Plaza 75, solo por mencionar los cercanos.

Extraoficialmente se conoció que el arreglo entre Salazar y Kristoff contempla una formula similar a la que manejaban con Ciao, con un canon de arrendamiento en base a un porcentaje de las ventas brutas del market, la cual sin duda ha de ser lo suficientemente atractiva como para competir con la expectativa de un arrendamiento dolarizado, que terminó sacando de juego al icónico restaurante mediterráneo.

 

 

Redacción y Fotografía: Luis Ricardo Pérez P.

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