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Descubre qué hará el Grupo Moschella con el «Edificio Enelvén» de 5 de Julio

La estructura conocida por contemporáneos como “el edificio Enelvén”, es una de las estampas invariables que identifican al Bulevar 5 de Julio. Recientemente el movimiento de maquinaria pesada y el golpeteo de mandarrias dentro de la edificación de 62 años, despertó preocupación entre los defensores del patrimonio arquitectónico e intrigó a la ciudadanía común, dando pie a rumores sobre una posible demolición, pero en realidad se trata de lo opuesto.

Inaugurado durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez en 1956, la moderna estructura de cinco niveles ubicada en la avenida 14 de febrero -hoy calle 77-, entre avenidas 10 y 11, fue diseñada por el arquitecto Juan Andrés Vega y construida por Alberto Faría La Roche para fungir como sede administrativa de las empresas Sun Oil Company y la Caribbean Shell Company, que venía operando desde 1930 en el edificio Las Laras, en la cuadra del al lado.

Cambio de energías

Tras la partida de las transnacionales petroleras, luego de la nacionalización de dicha industria en 1976 durante la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez, la obra fue adquirida por el grupo empresarial Moschella y arrendada a la estatal eléctrica como sucursal administrativa principal.

Ciro Portillo, expresidente de Enelvén, cuenta a Tu Reporte que la empresa venía operando en una sede de la calle 77 con avenida 13A, pero debido al crecimiento de las operaciones y un incendio que afectó la planta baja y mezzanine de ese edificio en el año 75, la parte administrativa fue mudada al antiguo edificio de la Sun Oil hasta el año 2008, cuando se construyó la sucursal de Fuerzas Armadas, donde también llegó a funcionar la desaparecida empresa Procedatos.

El ingeniero zuliano relata que en los años 90 había un proyecto del grupo Moschella que contemplaba demoler el inmueble arrendado por Enelvén (también conocido como edificio EISA) y Las Laras para construir un gran centro comercial en las dos parcelas de 10.000 m2, las cuales quedarían unidas por una pasarela aérea en la avenida 11, pero la idea no se concretó ya que la sede original de la Shell (hoy PDVSA La Estancia) fue declarada patrimonio cultural de la nación en 91, incendiada en el 94, reconstruida nuevamente por la petrolera holandesa y expropiada por el presidente Chávez en el 2005.

El “edificio Enelvén” también figura como estructura de interés público en el catálogo de patrimonio cultural de Maracaibo por su valor arquitectónico, al ser una de las primeras edificaciones de estilo modernista en la ciudad, con sus extensas fachadas recubiertas por quiebrasoles de color blanco; de ahí que las obras de demolición interna despertaran cierta alarma durante el 2017.

Un rescate funcional

Ernesto Nones, cofundador de la firma de arquitectura Nones + Nones, encargada de diseñar el proyecto de adecuación del icónico edificio, explica que los trabajos iniciados por el grupo Moschella están orientados a rehabilitar la estructura para ser alquilado por pisos completos a clientes corporativos como espacio de oficinas.

“Lo que se hizo fue eliminar todas las divisiones internas de tabiquería liviana para dejar plantas libres para empresas como petroleras, de servicio o filiales de la industria petroquímica (…)  externamente no se va a intervenir sino más bien a pintar y recuperar. Se instalarán nuevos sistemas de aires acondicionados, remplazo completo del sistema eléctrico y mejoras de las instalaciones sanitarias”, detalló Nones.

El arquitecto proyectista cuenta que la única modificación de función propuesta por su firma es la de abrir la planta baja hacia 5 de julio, en especie de locales frente al bulevar, quitando la cerca para activar esa cuadra a escala de peatón para conectar el edificio con el sector.

La propuesta de Nones + Nones está hecha manteniendo los cuatro pisos de oficina arriba y la planta baja comercial para posiblemente cafés, una entidad bancaria o un servicio de mensajería que ayuden a dinamizar el bulevar y al mismo tiempo beneficien a los usuarios del edificio, pero la decisión final sobre el uso de la planta baja será de los propietarios.

Extraoficialmente ha trascendido que Polinter, filial de Pequiven, sería una de las empresas que funcionaría en la antigua Enelvén, aunque también hay versiones que apuntan a dependencias de PDVSA.

En cuanto a la fecha de culminación de las obras, Nones acotó que desconoce tal información, ya que la misma suele estar dictada por el ritmo de la economía y los compromisos u ofertas que tengan los propietarios.

De momento el edificio luce inactivo por fuera y por dentro, pero la presencia de vigilancia constante y maquinaria pesada en el estacionamiento ubicado hacia la calle 76, advierten que los trabajos podrían retomarse en cualquier momento.

También se pudo conocer que los dueños del inmueble estarían contemplando donar a una fundación de preservación histórica el aviso luminoso con la figura de “Kilovatico” (la mascota de Enelvén), ubicado en la esquina de la 9B con 77, desterrando así de la estructura el último indicio visible de su pasado como sucursal de la estatal eléctrica.

 

 

Redacción y fotografía: Luis Ricardo Pérez P.

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