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Protegerse de los “bajones” es un «corrientazo» al bolsillo, pero sale más caro no hacerlo

El solazo encumbrado desata un infierno que supera los cuarenta grados. Presurosos, los marabinos encienden el aire o el ventilador para exorcizar el calorón que invade el cuerpo. El ritual de mediodía no ha empezado a surtir efecto, cuando un silencio repentino, acompañado de palabrotas y la frase “¡desconecten todo!”, alertan que llegó el “bajón” de la hora pico.

Las fluctuaciones constantes del servicio eléctrico son una calamidad que hace temblar el bolsillo de los zulianos. La quema de electrodomésticos insustituibles a precios de hoy, obliga a tomar acciones preventivas para salvaguardar “a toda costa” el patrimonio legado de tiempos mejores.

El monstruo por dentro

Como expresidente de la antigua Enelvén, Ciro Portillo, conoce bien las causas estructurales, así como las soluciones y paliativos de un problema que padece en carne propia.

Antes de abordar las previsiones que el usuario debe tomar para evitar costosos daños que deterioran su calidad de vida, el ingeniero electricista advierte que no es lo mismo un apagón que una fluctuación de voltaje, popularmente denominada “bajón”.

Portillo explica que errores en la gestión centralizada del servicio han derivado en un déficit de la generación y distribución. Ejemplifica que en el caso de Maracaibo, la demanda de consumo ronda los dos mil megavatios, pero la paralización progresiva del parque termoeléctrico y el Sistema Interconectado Nacional hacen que la oferta de servicio llegue en el mejor de los casos a unos mil 700 megavatios.

“Para tratar de evitar racionar el servicio (Corpoelec) pone las máquinas al tope, deprimiendo el sistema de transmisión y distribución. Con las condiciones en que está la infraestructura, cualquier problema desestabiliza el flujo creando un bajón. Esa interrupción dispara los sistemas de alerta y aumenta el trabajo de los generadores, causando un sobrevoltaje que es lo más peligroso para los equipos”, señala el especialista al indicar que “por eso los bombillos tienden a brillar más”.

El extitular de Enelvén explica que desafortunadamente la solución definitiva a este problema involucra un cambio en el manejo de la estatal energética, además de fuertes inversiones de infraestructura, equipamiento y recurso humano, por lo cual vaticina que la situación continuará por largo tiempo.

Qué hacer

Portillo asegura que además de demandar un mejor servicio, los usuarios deben ser proactivos en el resguardo de sus electrodomésticos, con el uso de protectores de voltaje que van desde unidades individuales para cada aparato, hasta equipos que protegen integralmente a toda la vivienda.

El precio de los dispositivos varía según el voltaje y demanda del equipo que llevará conectado. Por ejemplo un protector para un televisor, ventilador o sistema de sonido ronda los 100 mil bolívares, mientras que el de una nevera cuesta Bs. 200 mil y el de un aire acondicionado entre 250 y 350 mil, dependiendo si es una unidad de ventana o split. Esto quiere decir que un hogar que tenga un televisor, un aire acondicionado y un ventilador, necesita invertir al menos 650 mil bolívares para cuidar sus aparatos.

Los costos aumentan si tomamos en cuenta que las variaciones de corriente también pueden dañar hornos microondas equipos de sonido y reproductores DVD, aunque no estén en uso, ya que estos operan en modo stand-by.

Para hogares con mayor carga de artefactos electrónicos y electrodomésticos, es más recomendable un protector de corriente integral que se instala en la brequera principal y previene daños en todo el sistema de 110 y 220 voltios. Estos equipos se cotizan entre 870 mil y el millón de bolívares, lo cual representa mucho menos que tener que reparar o reponer un aparato dañado.

Un grado mayor de autonomía ante los apagones también amerita bolsillos más profundos y chequeras más robustas.

La opción de la autogeneración eléctrica implica costos que van desde el millón y medio de bolívares por una planta portátil a gasolina de 2,5 KVA (para encender tres bombillos y un televisor), hasta más de Bs. 35 millones por una planta a gas de 7 KVA, capaz de mantener la mayoría de los aparatos de un hogar.

El ingeniero electricista zuliano aclara que a pesar de que estas opciones ofrecen distintos grados de resguardo ante las fallas de servicio, no son una respuesta perdurable en el tiempo ya que incluso los protectores y generadores se van dañando con los altibajos de corriente.

Un primer paso

Portillo afirma que recientemente las palabras del gobernador Francisco Arias Cárdenas, que apuntan a regionalizar la administración del servicio eléctrico, representan un primer paso en la dirección correcta, ya que la descentralización permite darle dolientes locales a los problemas, lo cual promueve toma de decisiones y acciones más rápidas.

“En los últimos dos días ha habido un cierto cambio y han disminuido los bajones (…) los reclamos de la gente han impulsado al Gobierno a tomar una acción que querían evitar por lo impopular que puede ser, sobre todo en tiempos electorales. Estos son los racionamientos programados”, indica el experto.

Portillo aclara que si bien el llamado “balanceo de cargas” no es una solución, ni se justifica después de todo el gasto que se ha hecho en un sistema “que no termina de funcionar bien”, al menos permite a la gente tomar previsiones, al saber cuándo se va la luz y cuándo regresa.

El expresidente de Enelvén concluye que mientras no llegue una solución de fondo, la gente debe tratar de estar preparada para cuidar los que tiene, ya que el precio de no hacerlo es quedarse sin aparatos que hoy cuestan millones de bolívares.

 

Redacción: Luis Ricardo Pérez P.

Fotografía: Archivo

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