Sucesos 

Blindar el carro cuesta menos que pagar rescate o una urna

Corrían las 8.30 de la noche del pasado 21 de julio cuando Miguel Enrique salió de su empresa en el sur de Maracaibo con rumbo a casa. Su esposa Andrea ya estaba molesta y preocupada, pues el Twitter bullía con reportes de atracos en las barricadas que brotaban por doquier.

Tras 40 minutos de una accidentada travesía sorteando escombros, Miguel casi había llegado a su casa en una villa al norte de la ciudad, cuando una muralla de troncos y ramas lo sorprendió tras una curva en la avenida Milagro Norte. A toda prisa intentó dar marcha atrás pero cuatro siluetas armadas brotaron de la oscuridad cerrándole el paso. La única opción era embestir el obstáculo para tratar de escapar de lo que lucía como un secuestro o peor.

En fracciones de segundos las detonaciones comenzaron a sonar y la adrenalina hizo el resto; un golpe seco en el parachoques y un redoble de impactos en el vidrio trasero conformaron el soundtrack de aquella espectacular huida. Miguel está vivo gracias al blindaje de su camioneta.

Entorno hostil

Esta historia referencial que se repite incesantemente (aunque con variantes) en las páginas de sucesos de los periódicos locales, ilustra la violenta realidad que ha impulsado el crecimiento de una industria dedicada a servicios de protección y resguardo de bienes y personas.

Según cifras del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) la tasa de homicidios en el país a principios de 2017 ya era 91,8 personas asesinadas por cada 100 mil habitantes, y ello sin considerar la conflictividad social que escaló entre los meses de abril y Julio.

Con un promedio de cuatro a cinco homicidios diarios, la situación de inseguridad en Zulia no es más alentadora que en el resto del país, según ilustran los balances mensuales de la Zona de Defensa Integral (Zodi) en la región.

Como la segunda ciudad más importante del país y capital de un estado fronterizo con gran potencial económico, Maracaibo representa una atractiva plaza para compañías como Blindcorp, dedicadas al blindaje de vehículos. Así lo confirma Rosana Martínez, representante local de la empresa, al destacar que hace dos años procesaban unos siete vehículos mensuales pero el volumen ha decaido a causa de diversas razones.

La especialista en ventas de seguridad explica que el mercado parece estar atravesando por un momento de transición, ya que parte importante de su clientela pertenece a un estrato socio-económico alto, que ha ido emigrando del país y en el proceso se ha creado una oferta secundaria de vehículos ya blindados, que están disponibles para consumidores emergentes o regulares, que se manejan entre las opciones de nuevo o usado.

“Nosotros ahorita tenemos publicada una Toyota Fortuner 2015 y el cliente la está vendiendo en 70 mil dólares” apunta Martínez, al destacar que pese a no ser su principal función, la empresa -a cambio de una comisión- sirve como intermediaria para clientes habituales que quieren vender su vehículo blindado sin tener que exponer su seguridad.

Blindcorp cuenta con una cartera de clientes fijos integrada por personas de alto poder adquisitivo pertenecientes a segmentos empresariales y agrícolas principalmente.

Qué incluye y costos

Existen diversos niveles de blindaje que van desde el B2 hasta el B6. En zonas urbanas el más usado es el B3 ya que está diseñado para proteger contra armas cortas (cal. 380, 9 mm y 38), que son las más empleadas por el hampa común, pero para transportes de valores y clientes de zonas fronterizas (donde puede haber presencia de armas largas y explosivos) se recomiendan niveles del B4 al B6 que incluyen placas de acero reforzado en las puertas y base.

Debido a que los vidrios blindados y el kevlar (fibra antibalas) usados para reforzar el habitáculo agregan un peso adicional de 250 kilos, solo se trabaja con vehículos de motor 1,8 o superior a fin de garantizar la potencia y velocidad necesarias a la hora de huir de situaciones peligrosas.

“Lo más pequeño que hemos blindado es un Chevrolet Optra que en nivel 3 tiene un costo que ronda los 19 mil dólares, mientras que una camioneta grande como la Chevrolet Tahoe, ronda los  22 mil dólares” explica Martínez.

El proceso de blindaje incluye otros dispositivos que aumentan la seguridad del vehículo como un aro interno en los cauchos para garantizar el deslazamiento, un intercomunicador para escuchar el exterior y hablar sin bajar los vidrios o abrir las puertas, una sirena para emergencias y blindaje de la batería para que el carro no se apague.

El tiempo de instalación varía de tres a cuatro semanas, dependiendo del vehículo.

Repuestos y reparaciones

Martínez cuenta que tras las protestas de los últimos meses varios clientes necesitaron reparaciones por impactos de objetos contundentes en los vidrios ya que a pesar mantener la integridad estructural, pierden visibilidad a causa de las grietas externas. La sustitución de un parabrisas ronda los 2.900 dólares, mientras que una ventana lateral promedia los 1.600 dólares.

Blindcorp también ofrece la reparación de latonería y blindaje que haya sufrido choques o impactos de balas, pero el costo varía dependiendo del daño.

Entre otros accesorios de protección también ofrecen chalecos antibalas para escoltas en precios que van desde 1.600 a 3.200 dólares, según el modelo y nivel de protección.

Alquiler de blindados

Rosana destaca que para mucha gente desplazarse en vehículos blindados se convierte en parte de su estilo de vida y su sensación de seguridad, por eso “cuando van en autos convencionales se sienten desnudos”.

Esa realidad ha dado pie a que empresas locales de alquiler de vehículos incluyan en sus flotas camionetas blindadas con chofer, para visitantes nacionales o extranjeros que por su ocupación deben transitar por áreas peligrosas.

Martínez explica que entre estas empresas se encuentra Villa Cars, la cual debido a exigencias de sus clientes corporativos acuden a ellos para efectuar todas las reparaciones y mantenimientos de forma certificada.

El costo de este servicio se pauta de forma confidencial vía correo electrónico y se compone de camionetas Ford Explorer o Super Duty de color claro y sin logotipos para no llamar la atención ya que el primer nivel de defensa es la discreción.

A la vista del ciudadano promedio el costo de un vehículo blindado puede lucir excesivo, pero para quienes por su trabajo o nivel de ingresos son blanco de ataques y secuestros, es una necesidad mucho más económica que pagar un rescate o el más alto de todos los precios.

 

Redacción y Fotografías: Luis Ricardo Pérez P.

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