Salud 

“Adictos” a los videojuegos serán tratados como enfermos mentales

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tratará por primera vez a partir de junio el trastorno por videojuegos o juegos digitales como una enfermedad mental, al incluirlo en la undécima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11), señaló el portavoz de la agencia de la ONU Tarik Jasarevic.

El ICD contiene muchos capítulos y el trastorno por videojuegos figurará en el de «salud mental», recalcó el portavoz de la OMS y aseguró que se aplica tanto a juegos digitales como a videojuegos que se utilizan a través de videoconsolas o por conexión a internet.

El comportamiento de las personas hacia el videojuego, en cuanto a las horas que le dedican o la frecuencia con la que juegan por ejemplo, puede traer consigo una serie de consecuencias mentales o físicas, como perjuicios en la vista o una falta de actividad física, explicó.

En una «pequeña porción de personas puede llevar a un trastorno», entendido como un comportamiento adictivo, recalcó. Aunque faltan datos epidemiológicos, al tratarse de un concepto relativamente nuevo, se calcula que puede afectar hasta al 10 por ciento de la población general adulta, explicó Jasarevic.

Población susceptible

El trastorno está definido en el borrador del ICD-11 como un «patrón de comportamiento ante el juego digital que se caracteriza por un control disminuido sobre la actividad y el hecho de que se le da cada vez más prioridad por encima de otras actividades, hasta el extremo de que es más importante que otros intereses y actividades diarias».

También se refleja en «una escalada» del tiempo dedicado al juego, pese a la aparición de efectos negativos. Para que un trastorno por videojuego pueda ser diagnosticado, «el patrón de comportamiento tiene que ser lo suficientemente severo como para resultar en una disfunción importante en el funcionamiento familiar, social, educativo, laboral u otras áreas significativas y debe manifestarse durante al menos 12 meses», señaló.

«Las personas que participan en juegos digitales o videojuegos deberían vigilar el tiempo que les dedican, particularmente cuando se puede atribuir a esta actividad el abandono de otras labores diarias, y monitorear cualquier cambio en su salud física o psicológica, así como su funcionamiento social», añadió.

Jasarevic quiso recalcar que el ICD «no habla de prevención y tratamiento», sino que únicamente establece una condición como una categoría en el documento de clasificación, por lo que no emite recomendaciones a padres, profesionales, gobiernos o instituciones.

La inclusión de un trastorno en el ICD permite a los países tenerlo en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre la provisión de cuidados médicos y la designación de recursos para su prevención, tratamiento y rehabilitación.

La decisión de incluir el trastorno por videojuego o juegos digitales se apoya en revisiones de evidencias disponibles y refleja el consenso de expertos en diferentes disciplinas y regiones geográficas que están involucrados en un largo proceso de consulta técnica liderado por la OMS.

Al dar este paso, la OMS espera que este problema atraiga cada vez más la atención de profesionales de la salud sobre el riesgo de que pacientes desarrollen este trastorno y, como consecuencia, apliquen las medidas relevantes de prevención y tratamiento.

Los tres principales “síntomas”

  1. Falta de control sobre el juego (frecuencia, intensidad, duración): este síntoma implica que la persona es incapaz de controlar su conducta hacia el videojuego y no puede poner límite al tiempo que invierte en esa actividad ni a las veces que lo hace durante el día o la semana.
  2. Aumento de prioridad que le da al juego: se convierte en algo por encima de otros intereses vitales y rutinas del día a día.
  3. Continuación o escalada del juego, a pesar de las consecuencias negativas: no importa el daño que esté haciendo a su salud o a su situación vital, el afectado continúa jugando o lo hace cada vez más.

Redacción y fotografía: Agencias

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