Servicios Públicos 

A los por puesto de Maracaibo les sobran razones para desaparecer

¿Puede ser un carro con más de 40 años de vida útil, destartalado y humeante Patrimonio Histórico-Cultural de Maracaibo? Sí. ¿La razón? Populismo barato, de cañería. ¿El responsable? Giancarlo Di Martino, quien en 2005, como alcalde de la ciudad, respondió de esta manera a la amenaza de paro indefinido por parte de los sindicatos de conductores por puesto frente al inminente reemplazo de automotores en víspera del inicio de las operaciones del Metro de Maracaibo.

La medida hizo sentir protegidos y con seguridad jurídica a una masa superior de 5.500 choferes, pues al ser patrimonio de Maracaibo se les garantizaba su continuidad como modo principal de transporte de una urbe que, en el papel, se abriría a la modernidad de un sistema que se detuvo junto con nacer por vulgar clientelismo y falta de valentía política.

La gerencia del nuevo sistema de transporte había realizado gestiones para conseguir financiamiento para los choferes, inicialmente a quienes cubrían las rutas aledañas. El objetivo era incorporarlos e implantar un sistema de rutas alimentadoras de la Línea 1, tal como lo establecía el Estudio del Sistema de Transporte Integrado de la ciudad que desarrolló la organización operadora del Metro.

Estas acciones dejaron a un lado las propuestas efectuadas por los técnicos de transporte y las recomendaciones de los estudios.

En Maracaibo, se realizaron acciones tendentes, por un lado, a mantener el servicio de transporte de los carritos por puesto, y por el otro, a trabajar de forma aislada en un sistema de transporte masivo integrado para la ciudad. La politiquería y la falta de visión de progreso alimentaron el monstruo del caos que representan los carritos.

Diagnóstico

Los “carritos” son vehículos de cinco puestos, cuya edad promedio es de 40 años y prestan servicio de transporte en 69 rutas principales. El 80 por ciento circula por los principales corredores viales y coinciden en el Centro.Son una modalidad de transporte público iniciada en la ciudad a partir de  1920, con la aparición en el país del petróleo y la llegada de los automóviles.

En esa década, en la capital del estado el servicio de transporte urbano era prestado por el tranvía, mediante trenes eléctricos alimentados por rieles instalados en las principales vías de la ciudad. El tranvía cubría sólo áreas centrales, por lo que no permitía la movilización de los usuarios hacia las nuevas áreas de crecimiento de la ciudad, las cuales se presentaron producto de su crecimiento demográfico.

Así comenzaron a prestar el servicio de transporte público los vehículos de cinco puestos. Inicialmente resultaron cómodos, económicos y fáciles de conducir.

Lo que fue una moderna solución se convirtió en un castigo con el paso de las décadas. Maracaibo es hoy la única ciudad del país con un sistema de transporte detenido en el tiempo. Miles de chatarras rodantes alimentan una estampa de la ruina, el caos y la contaminación.Cada automotor es un trofeo a la negligencia y a la desinversión por falta de soluciones reales que apunten a sistemas de transporte colectivo o masivo.

Un censo realizado por el Instituto Municipal de Transporte Colectivo Urbano de Pasajeros de Maracaibo (Imtcuma) durante el segundo semestre de 2006 constató que el automóvil por puesto representó en ese momento el 86% de la totalidad de los vehículos de transporte. Se reportaron para la citada fecha 5.645 carritos, 604 microbuses y 328 autobuses.Cifras actualizadas no se tienen.

Desventajas: Razones técnicas

Un estudio denominado Los carritos por puesto de Maracaibo: incongruencias entre objetivos políticos y objetivos técnicos en políticas públicas en el transporte urbano, elaborado por Joheni Urdaneta y Rosa Virginia Ocaña Ortiz revela que este sistema de transporte público urbano de Maracaibo presenta numerosas desventajas al utilizar estos vehículos individuales como medio de transporte público.

“Mientras un autobús puede transportar un promedio de 50 pasajeros, un carrito por puesto sólo puede transportar un máximo de cinco personas. Es decir, se necesitarían 10 carritos para movilizar la misma cantidad de personas que un autobús. Esto ocasiona problemas importantes para la ciudad, entre los que destacan congestionamiento vial, contaminación ambiental, consumos innecesarios de combustibles y grandes pérdidas de tiempo, entre los más importantes”.

La investigación, difundida en 2008, pero en plena vigencia, revela que existen sobradas razones técnicas que justifican la sustitución de los carritos por puesto por autobuses o minibuses. Y añade: “Las acciones impulsadas por la Alcaldía de Maracaibo no son suficientemente contundentes como para lograr la sustitución de los vehículos”.

El tema de la contaminación ambiental siempre sale a colación. Como patrón para el análisis resalta un estudio realizado en la Ciudad de México por la Universidad Autónoma de México, en 2002, que plantea que a la contaminación ambiental contribuye de manera decisiva, el congestionamiento de tránsito en las horas pico, lo que eleva el consumo de combustible en 50%.

Los efectos del caos vial se multiplican, de acuerdo con los investigadores, al destacar el crecimiento acelerado de los costos sociales derivados del congestionamiento que hacen inoperante al transporte público, el aumento de la semaforización y la lentitud del tránsito vehicular.  Se suman el aumento de la concentración vehicular, lo cual provoca la reducción de la velocidad de circulación e incrementa con ello los costos de operación de los vehículos.

Aire y ruido, bajo la lupa

La Facultad de Ingeniería de LUZ detalla en varios estudios relacionados con la contaminación del aire por parte de los por puesto que las emisiones de este tipo de vehículos son principalmente de dióxido de carbono, además de otras sustancias tóxicas tales como plomo, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, dióxido de azufre, los hidrocarburos, benceno, y el ozono aras de tierra producido por la reacción de los gases con la luz del sol.

“La consecuencia de esto es que se tiene un grave problema de salud pública, considerando que el monóxido de carbono afecta al sistema nervioso y produce desórdenes cardíacos; el óxido de nitrógeno reduce la función pulmonar y las defensas; produce la lluvia ácida y contribuye al efecto invernadero”, se lee en otra investigación, capitaneada por Joheni Urdaneta, Bertila Aponte, Omaira Peña y Rafael Silva. El trabajo tiene el aval de la Universidad del Zulia, en 2011.

El ozono es riesgoso para los asmáticos; las partículas minerales entre ellas el dióxido de azufre, provocan cáncer, enfermedades cardíacas y respiratorias; el benceno provoca leucemia y cáncer; el plomo afecta el sistema nervioso y sanguíneo y daña el cerebro a los niños; los hidrocarburos producen somnolencia, irritación de ojos, tos y otras enfermedades de tipo respiratorias, reseña el estudio.

El ruido resulta un factor adicional.El carrito colapsa por el sistema del motor, el escape, el rozamiento de los neumáticos y el de la carrocería con el aire.  Es, de acuerdo con pesquisas de medición, la causa del excesivo sonido que aturde a la ciudad, principalmente en las horas pico del día. “Los automóviles por puesto producen 11 veces más ruido que los autobuses y otros medios de transporte”.

El espacio que ocupan también es un condicionante adverso. Los por puesto necesitan gran cantidad de espacio si se considera tanto el que requieren para circular como para ser estacionados.

“Son grandes consumidores de espacio público y al llevar pocos pasajeros, se está utilizando mucha mayor cantidad de espacio comparado con otras modalidades de transporte público, razón por la cual es relevante reconocer el ahorro en la cantidad de espacio utilizado si se da mayor auge al transporte colectivo. (…) Se requieren 15 automóviles por puestos para transportar a 75 personas que muy bien pueden trasladarse en un autobús con esta capacidad”.

Integrado y multimodal

Está claro que los carritos deben dar paso a unidades de micros y buses, como en las urbes más modernas del planeta.Se requiere de un sistema integrado y multimodal de transporte público.

En Maracaibo más del 70% de la población se mueve en transporte público, casi un millón de pasajeros, la mayoría perteneciente a los estratos D y E, que suelen tener escasos medios económicos.

La protección del bolsillo es uno de los argumentos en defensa de estos usuarios.Un estudio realizado por la empresa Modelística, contratada por Metromara, estimó en 2006 que los costos por pasajero-kilómetro en autobús es 40% más económico que en minibús, y más barato hasta en 300% al compararlo con el costo del desplazamiento en carros por puesto.

Las experiencias lo demuestran. En 1995, Maracaibo inició el Programa de Sustitución de Flota, a través del financiamiento de unidades de transporte a empresas privadas que cubrieran las rutas de la denominada Red Maestra. Tal fue el caso de la empresa Transporte Consolidado, la cual adquirió 185 autobuses y operó, muy brevemente, con relativo éxito.

El Metro de Maracaibo llegó a contar, más recientemente, con más de 170 unidades marca Yutong. Deterioro, robo de repuestos, fallas de mantenimiento y ataques de hampones en medio de protestas opositoras, entre otras causas, deterioran un importante número de unidades, las cuales, en su mayoría, fueron inhabilitadas por la empresa socialista. Desde el Gobierno falta inversión y un plan amplio para consolidar el modelo al tiempo que se reemplazan vehículos que solo le causan daño a Maracaibo y su gente. El servicio llegó a asomar una diminuta bandera de lo que merece cualquier ciudad. Esa bandera la tapa el humo de las chatarras.

Redacción: Raúl Semprún

Foto: Iván Ocando

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