Política 

Arias Cárdenas, o el arte de la paciencia y la remontada

El periodista José Vicente Rangel le preguntó a Hugo Chávez qué atesoraba más del ser humano. Era el 7 de agosto de 2011 y estaban sentados en el patio de la Academia Militar. El fallecido mandatario venía de cumplir un ciclo de quimioterapia en Cuba, traía el cabello rapado. “La lealtad”, le contestó.

Y era cierto. Todo lo perdonaba Chávez, meno la deslealtad. Cuando alguien lo traicionaba era como Pedro Páramo, el protagonista de la novela del mexicano Juan Rulfo: “un rencor vivo”. El general Raúl Isaías Baduel, exministro de Defensa, aún paga las consecuencias de haberse opuesto públicamente a la reforma constitucional de 2007, que Chávez sometió a referendo consultivo el 2 de diciembre de 2007 y perdió.

Eso dicen los familiares de Baduel y la oposición: que se trata de una venganza. La justicia lo acusa de corrupción administrativa.

El único superviviente de ese rencor es Francisco Javier Arias Cárdenas, gobernador en funciones del estado Zulia, y aspirante a la reelección por el Psuv. El momento más agrio entre ambos fue el 12 de abril de 2002, luego del golpe de Estado, cuando dijo que Chávez tenía las manos manchadas de sangre.

Pero en 2005 comenzó un acercamiento entre ambos, y ya en 2006 Arias Cárdenas era el representante de Venezuela ante la ONU.

“Lo dominaron la pasión y las emociones en contra de su amigo y hermano de armas, más que la lógica y la razón. Después él razona y Chávez lo hizo público. Le perdona todas sus fallas y él retoma el liderazgo”, refiere Gervis Medina, abogado y analista político. “Hugo Chávez le levanta la mano y se hace gobernador con una diferencia de 60.000. Que para un estado como el Zulia, es poco. Pero le gana a Un Nuevo Tiempo, el equipo favorito”.

Los premios de la paciencia

Ricardo Lobo, analista político y presidente de la fundación Renovando Esperanzas, resalta que el talento para la supervivencia política de Arias Cárdenas lo compone una trinidad: formación militar, formación política e instinto.

“Arias lee y vive los momentos históricos. Se enfrentó a Chávez en el mejor momento, reflexionó y regresó con Chávez en el mejor momento”.

Sí, lo logró luego de 12 años de haber dejado la Gobernación del Zulia y tras cinco años de oposición a Chávez, a quien le intento disputar la Presidencia en las megaelecciones del año 2000.

“Más que una pelea entre dos golpistas, el reto que me he trazado responde a una propuesta de auténtica democracia”, le dijo en mayo de 2000 a la periodista zuliana Milagros Socorro, durante una entrevista para la revista  Gatopardo, mientras hacía una gira como candidato presidencial por la isla de Margarita.

Chávez lo llamó “mosca” —porque por esos días el comandante repetía, incansable, el refrán “águila no caza mosca”—, serpiente y Frijolito II, en alusión al caballo sobre cuyo lomo hizo campaña electoral Henrique Salas Römer, el aspirante opositor que Chávez venció en las elecciones de 1998.

“Yo soy mucho más que un alzado latinoamericano; de hecho, no tengo nada que ver con el esquema tradicional del militarismo y el autoritarismo que le cuadra al golpista típico”, remató Arias Cárdenas.

El estratega

Francisco Javier —además de alzado— es un estratega que ha visto en la paciencia una gran herramienta, explica Lobo, ya que se hizo con la victoria en un estado donde habían perdido todos los candidatos que el chavismo postuló: Jorge Durán Centeno, en el 2000; Alberto Gutiérrez, en 2004, y Gian Carlo Di Martino en 2008.

Todos derrotados a manos de Un Nuevo Tiempo, el partido de Manuel Rosales, pese a la altísima popularidad de la que gozó Chávez en esa década.

“Perdieron porque no entienden lo que significa el conocimiento de la estrategia militar con el conocimiento de las ciencias políticas. Y en el peor momento de Hugo Chávez, que es cuando está enfermo, él logra lo que el chavismo, con candidatos que tenían mejor marketing, como Gian Carlo Di Martino, no logró: ganar en el estado opositor”.

Al igual que siete de sus hermanos, Arias Cárdenas estudió Ciencias y Artes Militares. Pero completó sus estudios con una maestría en Ciencias Políticas, en la Universidad de los Andes, y con una especialización en Historia Social y Política de América Latina, en la Universidad Javeriana de Bogotá.

“Su instinto, sumado a su formación militar y política, le permite ser un hombre que en su momento sabe tomar las mejores decisiones, porque a pesar de las circunstancias planifica y ejecuta pacientemente. El político que es impaciente, tiende a ser un fracasado”.

Por la reelección

Gervis Medina considera que la única ventaja que tiene Arias Cárdenas sobre Juan Pablo Guanipa, candidato opositor, son las divisiones internas que han surgido en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) luego de las elecciones primarias.

El líder psuvista, añade el experto, tiene 17,8 puntos de aprobación en la entidad, que no son nada despreciables y que pueden ser definitorios el 15 de octubre, día de la elección, si se toma en cuenta que las estadísticas y la historia de las Ciencias Políticas demuestran que nueve de cada 10 aspirantes a la reelección, triunfan.

“Él, dentro del chavismo, no está muy bien posicionado. Pero es un estratega probado en la política, y si algo tiene Arias Cárdenas, es capacidad de remontada. En las pasadas elecciones ganó en Mara y la Costa Oriental del Lago, y de allí sacó los 60.000 votos de diferencia para vencer a Pablo Pérez”.

Ganó cinco de los siete municipios de la Costa Oriental del Lago: Valmore Rodríguez, Cabimas, Santa Rita, Miranda y Baralt.

Francisco Javier Arias Cárdenas, oriundo de san Cristóbal, estado Táchira, fue seminarista antes que militar y político. La fe católica siempre formó parte de su vida pública, y lo demostró la primera vez que compitió por la Gobernación del Zulia, en 1995, cuando le ganó por mínimo margen y pese al ventajismo a Omar Barboza, candidato de una Acción Democrática que aún dominaba a Venezuela.

Así lo refiere el relato de un periodista en la crónica de Milagros Socorro: “yo iba a decirle que todo estaba perdido para él, y lo encontré en la suite del hotel rodeado de su familia, todos arrodillados en torno a la cama. Estaban rezando para que las cosas se resolvieran a su favor. Poco después encendimos el televisor y allí estaba el comisionado electoral reconociendo el triunfo de Francisco Arias Cárdenas. ‘Ya ves el poder de la oración’, me dijo, completamente serio”.

Ya han trascurrido 22 años desde ese evento. Arias Cárdenas acumula gran experiencia. Ricardo Lobo resume su trayectoria de un modo más terrenal: “yo creo que él une muy bien el conocimiento político con el conocimiento militar. Arias sabe cómo aniquilar a un oponente sin evidenciar violencia”.

 

Redacción: José Flores

Foto: Archivo

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