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30 semáforos dañados: Una raya más del tigre que impone «la ley de la selva» en Maracaibo

Tocar la corneta queriendo abrirle un hueco en la nuca al conductor del frente, mentar la madre o atravesar el carro para “irse metiendo”, son conductas clásicas de los marabinos ante un embotellamiento. Ya sea en horas pico o en la soledad de noche, los semáforos se han convertido en meras sugerencias que nadie respeta, pero cuando el aparato está dañado, casi podemos oír en nuestras cabezas el tema de Guns ‘N Roses, Welcome to the jungle, como soundrack de la anarquía que se desata.

Por qué llegamos a este punto y de quién es la responsabilidad del caos que predomina en nuestras calles, son dos interrogantes que tienen una misma respuesta multifactorial, intrínsecamente atada a nuestra idiosincrasia, el contexto país e incluso el clima.

Manejar sin aire acondicionado con casi 40 grados centígrados a la sombra es vivir sentado en una bomba de tiempo temperamental. Cualquier cosa puede ser un detonante para emular a Michael Douglas en la película Día de Furia, más aún con el estrés que supone la crisis económica que trastoca todos los aspectos de nuestras vidas.

El deterioro del parque automotriz que ha llevado a la desmovilización de las autoridades responsables de velar por el cumplimiento de las leyes de tránsito (policía municipal y fiscalía de tránsito), ha convertido los semáforos de la ciudad en la última frontera de un frágil civismo que desaparece cuando no hay nada ni nadie que lo regule.

Tarea pendiente

Según las últimas cifras que manejaba el Instituto Municipal de Transporte Colectivo y Urbano de Maracaibo (IMTCUMA) antes del cambio de gestión municipal, la capital zuliana cuenta con 226 intersecciones semaforizadas, de las cuales aproximadamente 30 (13%) aún se encuentran averiadas debido a actos de vandalismo registrados durante las protestas de este año, robo de cableado e inestabilidad del servicio eléctrico.

A mediados de año había cerca de 112 controladores de tránsito con algún nivel de daño, pero un plan de recuperación gradual ejecutado por la municipalidad entre agosto y noviembre permitió reactivar 82 unidades, según reflejan las últimas declaraciones que ofreciera sobre el tema Patricia González, expresidenta del IMTCUMA antes de entregar el cargo a la nueva gestión.

Rubén Esis, Presidente de la Central sindical Noroeste de Transporte del estado Zulia, afirma que la situación sigue siendo grave ya que a su juicio, los números reales de operatividad de los semáforos en Maracaibo es de apenas un 20 por ciento.

“En la ciudad el 80 por ciento de los semáforos están malos, esto es crítico”, asegura el dirigente del gremio transportista al reconocer que la dificultad es mayor en algunos puntos de la ciudad como la intersección de las avenidas Guajira y Circunvalación 2, frente a la Universidad Rafael Belloso Chacín (URBE), donde hay una gran afluencia de vehículos particulares y públicos y los conductores irrespetan el semáforo aunque esté operativo.

Las estimaciones de Esis no pudieron contrastadas con el IMTCUMA. Tampoco se conoce cuál será el plan de acción ni la estimación de recursos necesarios para rehabilitar toda la red de semáforos de la ciudad, ya que debido a la transición administrativa que afrontan todas las dependencias de la Alcaldía, ningún funcionario está autorizado o se atreve a dar declaraciones a la prensa por temor a ser removido por las nuevas autoridades.

Evaluación técnica

Desde el punto de vista meramente técnico, la empresa Semazulia, que ha venido participando en la modernización y reparación de los controladores de tránsito de Maracaibo desde el año 1997, explica que el principal factor de malfuncionamiento que presentan los semáforos en la ciudad es la acción vandálica y el robo de cableado.

Aunque a finales de octubre, el entonces Director General de la alcaldía marabina, Juan Pablo Lombardi, solicitó investigar la crisis eléctrica como causal del deterioro de estos equipos, Carlos Araujo, representante de Semazulia, aclaró a Tu Reporte que los mismo cuentan con distintos sistemas de protección como breakers, fusibles y baristores, que protegen a todos los componentes de las fluctuaciones del servicio eléctrico, aunque no descartó que ciertos picos que excedan los 200 voltios pudieran causar averías.

“El daño más grave que le ha ocurrido a la red de semáforos se registró durante los días de protestas, cuando fueron sustraídos los cables de las ducterías. Los cortaban con cualquier herramienta y producto de esto se producía un cortocircuito, que por más protección que pueda tener el equipo termina sufriendo”, explica Araujo, al recalcar que los semáforos que se utilizan en Maracaibo son fabricados por Semazulia en Mérida, bajo normas Covenin y Nema, que responden a estándares de calidad internacionales para la industria eléctrica.

En los últimos 20 años la red de semáforos de la ciudad se ha venido actualizando mediante el remplazo de tarjetas internas con las últimas versiones de los sistemas operativos para estos controladores microprocesados. Antes la programación de las intersecciones se hacía de forma manual en cada unidad, según los requerimientos del IMTCUMA, pero hoy día, los semáforos cuentan con un GPS que permite sincronizarlos de forma remota, tal como se observa en el Bulevar 5 de Julio, donde las luces cambian de rojo a verde al mismo tiempo.

Hechos para durar

La vida útil de un semáforo puede exceder los 30 años, ya que los distintos componentes del sistema se van cambiando para ajustarse a las nuevas tecnologías del ramo, pero en cuanto a las luces, Araujo detalla que un bombillo incandescente, como los que usan los semáforos amarillos, tiene una vida útil de 8.000 horas (aprox. 330 días) o más si no hay humedad ni corrosión en las conexiones, mientras que en el caso de las pantallas LED con contador de los sistemas mas nuevos estan diseñados para 80.000 horas de uso.

Según el último balance dado por la dirección general de la Alcaldía el 25 de octubre del presente año, hasta el momento la municipalidad había invertido unos cinco mil millones de bolívares en la recuperación de controladores de tráfico, lo cual equivale a más de 113 mil dólares a tasa no oficial de entonces.

Hoy la vertiginosa escalada del tipo de cambio paralelo transforma el ejercicio de presupuestar la reparación de los semáforos en una tarea repetitiva, ya que los costos de las materias primas cambian de un día para otro. Una vez que el IMTCUMA establece la prioridad, la empresa de servicios hace una evaluación del daño en cada intersección y emite una estimación que se ejecuta o no de acuerdo a la disponibilidad de recursos.

“El costo de rehabilitar un semáforo varía dependiendo del daño que se le haya ocasionado a la intersección porque hay controladores de tráfico que se dañaron con los disturbios, les quemaron los controles o se les dañó la fuente de poder. Puede haber afectación del teclado o la pantalla de cristal líquido, y en otros casos es solo el cableado, que pueden ser 300 metros o solo 20 metros, de modo que uno tiene que hacer una revisión previa para estimar el monto de cada rehabilitación”, subraya el especialista, al destacar que “las cotizaciones se manejan prácticamente al día porque los precios se desactualizan con demasiada rapidez”.

La recuperación de la infraestructura de semáforos en la ciudad debería ser una prioridad para la nueva administración municipal, pero es solo la punta de un iceberg que bajo la superficie esconde también la necesidad de reactivar la policía vial e iniciar una campaña intensiva de valores cívicos para promover la convivencia y el respeto a las normas, de lo contrario seguiremos viendo a los semáforos como costosos jarrones chinos que adornan el caos vial en Maracaibo.

 

 

Redacción: Luis Ricardo Pérez P.

Fotografía: Archivo

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